Se buscan mujeres mayores de 60 con ganas de más

Madrid

Matilde Torres es la mayor de las Cotidianas, un grupo de mujeres de más de 60 años que se reúne todos los martes en su barrio, Embajadores, para relajarse, debatir y cuidarse. A sus 84 años, Matilde tiene claro que ese grupo, que nació hace tres años, es una de las cosas más especiales que le ha pasado en los últimos tiempos. "No dejo de aprender de mis compañeras", ha reconocido este jueves en Hoy por Hoy Madrid.

Su nombre, Cotidianas, no fue elegido por las participantes, sino por los organizadores del proyecto, la Cooperativa Tangente. Para dar a conocer el taller, financiado por La Caixa, colgaron un cartel en la Casa del Reloj de Matadero que rezaba "se necesitan mujeres mayores de 60 años con ganas de más". Se apuntó una treintena de participantes.

El proyecto, que nació para combatir la soledad no deseada (que afecta a más de 100.000 personas en Madrid, la mayoría mujeres), comenzó su andadura en octubre de 2019. A los pocos meses comenzó la pandemia, pero eso no les frenó: los organizadores decidieron continuar el proyecto por zoom, practicando así "el empoderamiento digital". Durante los meses más duros de la pandemia se llamaban las unas a las otras y compartían miedos y experiencias. Un contacto que, dicen, "les ayudó a sobrellevar" el confinamiento.

Llegado el momento, los responsables de Tangente creyeron que Las Cotidianas ya tenían una fuerza y un tejido que podía sostenerse sin organización. El tiempo demostró que tenían razón: una parte del grupo decidió continuar el proyecto por su cuenta y se lanzó a buscar un espacio en el que desarrollarse. Al final, La Casa Encendida les cedió una sala para continuar su taller los martes.

Tras la experiencia con las Cotidianas, la organización quiso abrir un nuevo grupo en el distrito de Usera, donde según el censo viven más de 7.000 mujeres solas. Una de las coordinadoras del grupo, Violeta Buckley, ha explicado que "el perfil del grupo de Usera es muy diferente" al de las mujeres de Arganzuela: "más duro", por las condiciones que rodean a sus participantes. "Pero está siendo muy bonito", ha reconocido, abriendo la puerta a que el proyecto continúe en otros distritos de la ciudad.

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