"El miedo de los eventuales a que no les renueven hace que muchos no quieran parar a pesar de los 40 grados"

Madrid

Se llamaba José Antonio, tenía 60 años y no ha podido remontar el golpe de calor que sufrió el viernes por la tarde mientras barría las calles de la capital. Le habían contratado para la campaña de verano y apenas llevaba 15 días trabajando. Su temperatura alcanzó los 41,6 grados y a pesar de llegar con vida al hospital, no pudo remontar.

Seis horas después de hacerse público lo ocurrido, el Ayuntamiento de Madrid confirmaba que permitirá a los operarios municipales de limpieza "flexibilizar su horario de entrada" para pasar de forma voluntaria el inicio del turno de tarde de las 14 horas a las 17. Pero además, en unas declaraciones grabadas y remitidas por el ayuntamiento, el delegado municipal de Medio Ambiente y Movilidad, Borja Carabante, recordaba que en este caso "la relación laboral es entre las empresas contratistas y los trabajadores".

Sherezade Talavera, responsable de limpieza viaria del sindicato UGT lamentaba que las medidas lleguen después de lo ocurrido cuando llevan "años" pidiendo cambios, en algo de "sentido común" como poder organizar el trabajo en función de las sombras. Pero además denuncia que los trabajadores con contratos temporales, como en el caso de José Antonio, el miedo a perder su trabajo hace que no quieran parar "por miedo al despido"

"No es de recibo, se lamenta, que en un momento como este, con alerta naranja por calor y con temperaturas por encima de los 40 grados, haya trabajadores que estén siete horas expuestos permanentemente a estas temperaturas" . "Lamentablemente, hemos aprendido por las malas". Un problema que no es exclusivo de la capital, en toda la Comunidad de Madrid hay 11.000 barrenderos.