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¿Qué es un mulero bancario y cuál es su relación con la ciberdelincuencia?

La industria del cibercrimen continúa reclutando por Internet a muleros para acceder al dinero robado, sin ser rastreados, sobre todo tras el mayor uso de la banca online mediane aplicaciones

En la Ciberguarida.¿Qué es un mulero bancario y cuál es su relación con la ciberdelincuencia?

Fuenlabrada

Por muleros se entiende, en relación con la ciberseguridad, aquellas personas, que de forma voluntaria o involuntaria, se encargan de recibir dinero desde cuentas comprometidas por los atacantes, para luego enviarlo a otras cuentas controladas por los cibedelincuentes, explica Josep Albors, director de Concienciación e Investigación de ESET España, compañía de software especializada en ciberseguridad.

Esta figura, lejos de desaparecer con el tiempo, se mantiene ante el auge de la banca online, mediante el uso de aplicaciones móviles, afirma Albors. “Desde hace años pensábamos que los muleros eran una especie en extinción, sobre todo con las criptomonedas, pero hemos visto que algunos delincuentes siguen prefiriendo utilizarlos porque les funciona y, a veces, según el entramado, al que detectan es al mulero, pero no pueden llegar a los ciberdelincuentes”.

Los muleros aceptan una oferta de empleo que les llega a través de Internet, con el fin de gestionar cobros y pagos a través de transferencias bancarias desde su propia cuenta, de forma que muchas veces sin saberlo están contribuyendo a blanquear dinero conseguido a través del ‘phishing’.

Albors habla de dos tipos de muleros bancarios. Los que no saben nada, y sólo hacen un trabajo supuestamente legal para el que les han contratado, y los que son conscientes de lo que hacen y “llegan, incluso, profesionalizarse”.

La figura del mulero es importante para los ciberdelincuentes porque se convierten en intermediarios para que el rastro del dinero sea más difícil de seguir o de cortafuegos para que las investigaciones policiales no lleguen a los delincuentes. “Se suelen aprovechar de personas en situaciones difíciles económicamente para ofrecerles trabajo desde casa, usando internet y una cuenta bancaria propia y les propone cobrar una cantidad muy interesante”. Muchos no preguntan, hacen el trabajo, esperan recibir el pago y muchas veces son los primeros a los que se detienen en una operación policial”. Son, reconoce, el eslabón más débil. Se trata en su mayoría de personas necesitadas económicamente, a los que utilizan los delincuentes como “carne de cañón”.

A veces, afirma Albors, pueden darse cuenta de que pasa algo extraño, pero como necesitan ingresos no preguntan nada. En otras ocasiones, los ciberdelincuentes intentan engañar a personas con “vida más acomodada, que sólo buscan un ingreso adicional y les llegan a ofrecer contratos aparentemente normales, con garantías de que están trabajando para un empresa solvente e importante en el sector. Están ante una empresa pantalla que supuestamente es la que realiza la contratación”.

Por eso, este experto aconseja denunciar lo antes posible si hay sospecha de actividad delictiva. Si el contrato es demasiado bueno, “hay ofertas que llegan al móvil con ganancias de entre 300 y 600 euros diarias”, es necesario aplicar el sentido común y desconfiar. Y aunque la propuesta laboral esté más elaborada, si observamos algo que no cuadra lo conveniente sería investigar sobre la empresa e incluso acceder al registro mercantil, bucear en redes sociales, ver si ha aparecido de la nada, ver su perfil en Linkedin, etc, antes de firmar, dice Albors.