Mariano Lagasca y Segura, uno de los botánicos más importantes de su época
El Jardín Botánico de Madrid cuenta con una figura extraordinaria que pocos identifican con este lugar. Mariano Lagasca a todos les sonará por la céntrica calle de Madrid, pero detrás de ese nombre se encuentra uno de los científicos españoles más importantes del primer tercio del siglo XIX
Mariano Lagasca y Segura, uno de los botánicos más importantes de su época
Madrid
Como decía una amiga mía de Valladolid cuando yo cacareaba que era de León, “no se es de donde se nace sino de donde se pace”. Y por eso, además de leonés, me siento también un poco vallisoletano (para horror de algunos extremistas leoneses). A Mariano Lagasca y Segura le debió de pasar algo parecido. Nacido en Encinacorba (Zaragoza) en 1776, estudió medicina en Zaragoza, Barcelona y Madrid. Pero el nombre de su pueblo parecía tirar fuerte. Y lo digo porque además de la medicina al bueno de Lagasca, lo que realmente le apasionaba era la botánica. Por lo que desde muy joven se dedicó a hacer uno de los herbarios más espectaculares del momento.
Medicina y plantas
Recuerdo con cariño el herbolario que hicimos en el colegio cuando éramos pequeños. Yo estudié en La Salle, en Valladolid, y en ese trabajo que aún conservo cuatro décadas después, intenté acercarme a lo que Lagasca hizo hace casi dos siglos. Pero ni siquiera pude acercarme a su genialidad. Lagasca fue uno de los botánicos más importantes de su época. Alumno aventajado de Antonio José Cavanilles, uno de los científicos ilustrados más importante del Madrid de finales del XVIII.
Parecía ser la combinación perfecta. Un estudiante de medicina que controlaba de plantas. De ahí que una de las asignaturas de las que impartió clases profesor fuera botánica médica; una suerte de “druida” de la Ilustración. Como solían hacer muchos de los intelectuales de la época, Lagasca también se metió en política y fue diputado de las cortes, aunque tuvo que exiliar a Londres en 1823 por la restauración del absolutismo mientras era director del Real Jardín Botánico de Madrid. En Inglaterra continuó su éxito científico y su reconocimiento. Once años después, en 1834 regresó a Madrid retomando su puesto de director del Jardín Botánico. Mariano Lagasca falleció en Barcelona en 1839.