'¿Pero, tú mataste en la guerra?' La dolorosa pregunta que un nieto nunca le pudo hacer a su abuelo
Se estrena en el Teatro del Barrio "Señor B. Algunos desastres de una guerra" la crónica de un fusilamiento en la provincia de Ávila. Escrita por Juanma Díez tras tener acceso a un manuscrito firmado por el hijo del ajusticiado
Señor B. Algunos desastres de una guerra, la entrevista
Madrid
"Señor B. Algunos desastres de una guerra" es teatro dentro del teatro. Meta teatro. Sólo uno de los personajes hace de sí mismo, el propio autor. Pero los demás, ante sus ojos atónitos cobran vida en escena. Aquí está lo curioso, y al tiempo lo humorístico de la situación, parecido a una historia de Woody Allen. Es lo único, porque el resto es dramático. Memoria histórica y triste memoria.
A través de lo que vemos en escena, aprendemos que de madrugada, al Señor B, del que nunca sabremos su nombre, unos militares le fueron a buscar de noche a su casa en una camioneta. Llegados a las tapias del cementerio de Villatoro (Avila), varios disparos certeros acabaron con su vida. Afortunadamente, gracias al tesón de la familia y pese a las dificultades para realizarlo, ésta logró que se publicara un certificado de muerte tras el fusilamiento - ¡necesitaban tres testigos! El ajusticiamiento es sólo uno más de los miles que hubo en los albores de la guerra y durante ella. ¿El porqué? : la sinrazón, sino ¿por qué iba a fusilarse a un hombre que organizaba en el Teatro Somoza veladas literarias? Dicen que militaba en el el Partido Socialista, algo totalmente legal durante la Segunda República, por otro lado.
La obra está representada por Juanma Díez, el autor, Borja Cortés, Mabel del Pozo, y Lolo Diego bajo la dirección de Jorge Sánchez. La pieza tiene su origen en un manuscrito, el que rubrica el padre de María (Mabel del Pozo). Esta lo comparte con Juanma (su primo) quien decide poner la historia en escena, con lo cual 'evocará', 'invocara' y 'convocará' a los personajes, verbos que se repiten varias veces en sus réplicas. Borja Cortés hace de militar, y Lolo Diego es el abuelo fusilado.
La reflexión: ¿pasados más de ochenta años tras el conflicto, tienen los nietos derecho a hablar de ello, si no lo vivieron?, ¿Es necesario volver a recordar?, ¿Se abren o se cierran heridas? Preguntas para las cuales hay respuestas, pero no todos contestan igual.
Myriam Soto
Redactora de Radio Madrid