La solidaridad fuenlabreña contra la maldición de los “niños serpiente” en Chad
Sanitarios del Hospital de Fuenlabrada del programa ‘EnganChados’ trabajan también en un centro de discapacitados en el país africano
Entrevistamos a la doctora Paula Peña, que se ha trasladado desde Fuenlabrada a Chad
Fuenlabrada
El proyecto ‘EnganCHADos’ lleva años trasladando a Bebedja (Chad), la solidaridad de los sanitarios del Hospital U. de Fuenlabrada a través de recogida de fondos, viajes para operar o pasar consulta en el terreno o la formación de profesionales. Allí, el Hospital Saint Joseph es en realidad una serie de barracones en los que hay que trabajar teniendo en cuenta que solo hay electricidad cuatro horas al día y que los medios distan mucho de los que hay en cualquier hospital madrileño.
A 25 kilómetros, en el centro para discapacitados de Dobá, la capital de la región, ese trabajo se hace aún más duro.
“La situación entre los discapacitados es todavía peor y más si se trata de niños; el niño no es el centro del universo como aquí, allí son los últimos que comen, los últimos en los que se invierte para que se curen”, nos cuenta desde el lugar Paula Peña, médica rehabilitadora desplaza desde Fuenlabrada.
Aquí entra en juego otro factor, el chamanismo, la superstición y las creencias de las zonas rurales africanas.
“Si los niños no pueden caminar o si se quedan con secuelas después de la malaria se les llama ‘niños serpiente’, porque se arrastran para moverse. Se entiende que hay alguien de la familia que ha cometido una falta, que se purgará cuando el niño muera, así que nadie invierte en esto. Hay pocos niños que conseguimos traer al centro de discapacitados”, reconoce Peña.
"Los más vulnerables entre los vulnerables, que son los niños discapacitados, aquí no tienen ninguna posibilidad", concluye.
El centro acoge a un centenar de discapacitados, los que tienen más suerte comparten una habitación con tres o cuatro camastros; los que menos, tienen que dormir fuera, en el suelo.
La doctora Peña forma parte del grupo de cinco profesionales que hasta el 4 de marzo se ha desplazado hasta esta zona del sur chadiano, en la frontera con la República Centroafricana.