Monasterio de Loeches: una joya del barroco madrileño
La tradición cuenta que fue inaugurado con la asistencia de la familia real de la época. Desde entonces ha albergado el panteón familiar de los descendientes del Conde-Duque de Olivares, que en la actualidad son los miembros de la Casa Ducal de Alba
Monasterio de Loeches: una joya del barroco madrileño
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Madrid
Don Gaspar de Guzmán y Pimentel, más conocido como el Conde-Duque de Olivares, fundó en el año 1640 el hoy conocido como monasterio de Loeches. Bajo la advocación de la Inmaculada Concepción, desde mediados del siglo XIX es el lugar en donde descansan los miembros de la Casa de Alba.
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En esta ocasión emprendemos un corto viaje hacia el este de la Comunidad de Madrid para visitar uno de los monasterios con más historia. Fundado por la mano derecha del rey Felipe IV, su valido el Conde-Duque de Olivares, el monasterio de la Inmaculada Concepción en Loeches pasa por ser uno de los puntos neurálgicos de la historia y la cultura de esta localidad madrileña.
Una pinacoteca frustrada
Hablar del reinado de Felipe IV es hablar de crisis económicas, bancas rotas y al mismo tiempo de una de las etapas más boyantes desde el punto de vista cultural y artístico de nuestra historia. El Siglo de Oro es el apelativo con el que denominamos a una época en la que es mejor echar la vista a un lado y quedarnos con el legado artístico.
Gracias a la generosidad del Conde-Duque de Olivares y al mismo tiempo, de forma indirecta, la de Felipe IV, el monasterio de Loeches hasta principios del siglo XIX acogía una de las colecciones más importantes de cuadros de España. Con la llegada de los franceses en 1808 todo se frustró. El cenobio fue saqueado y muchas de las pinturas hoy las podemos ver en París en el Museo del Louvre o incluso en Londres, en la National Gallery. Entre los artistas que tenían obras en Loeches estaban Miguel Ángel, Tintoretto, Alonso Cano, o Rubens, entre otros.
En el año 1909, el duque Jacobo Fitz-James Stuart y Falcó, el mismo que trajo en dos ocasiones a España a Howard Carter, descubridor de la tumba de Tutankhamón, mandó hacer un panteón anexo al monasterio en donde descansaran muchos de los miembros de la familia Alba, herederos del título de Conde-Duque de Olivares.