“Suplantaron mi identidad, pidieron un crédito, me dijeron que era un error y que enviara el dinero a una supuesta cuenta del banco”
Una joven cuenta cómo tras varias suplantaciones de identidad los ciberdelincuentes querían estafarla pidiéndola que devolviera un crédito que no había solicitado. Fraudes por mail o SMS que cada vez proliferan más
En la Ciberseguridad (14-11-2023): “Suplantaron mi identidad, pidieron un crédito, me dijeron que era un error y que enviara el dinero a una supuesta cuenta del banco”.
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Fuenlabrada
El Instituto Nacional de Ciberseguridad, INCIBE, define el concepto de ‘phishing’ como el envío de un correo electrónico por parte de un ciberdelincuente a un usuario simulando ser una entidad legítima (red social, banco, institución pública, etc.) con el objetivo de robarle información privada, realizarle un cargo económico o infectar el dispositivo. Para ello, adjuntan archivos infectados o enlaces a páginas fraudulentas en el correo electrónico. Esta modalidad cuando se traslada a los SMS de los teléfonos móviles se denomina ‘Smising’, aunque estos fraudes también pueden llegar vía WhatsApp.
Son fraudes, según reconoce, José Antonio Rubio, doctor Ingeniero en Ciberseguridad por la URJC, cada vez más frecuentes en lo que todavía mucha gente acaba cayendo y perdiendo dinero, además de sus datos personales más importantes.
Miriam, una oyente que nos ha trasladado su caso, no entró en el engaño, pero sí se alarmó al ver que unos ciberdelincuentes habían suplantado su identidad ante la entidad bancaria donde ella tiene abierta una cuenta. En su nombre habían pedido un préstamo y firmado un seguro. Para su sorpresa, le llegó una comunicación vía WhatsApp de los delincuentes, haciéndose pasar por su banco y comunicándole que por error habían ingresado en su cuenta un préstamo. “Yo sé que el banco nunca se comunica contigo por WhatsApp y eso me hizo sospechar”, cuenta.
Miriam comprobó, a través de su banca online, que efectivamente tenía ingresados 5.000 euros en concepto de préstamo. Poco después recibía otra comunicación ‘fake’ de su entidad bancaria diciéndole que debía devolver el dinero a la cuenta que ellos le indicaban. Todo esto llamó la atención a Miriam quien tras hablar con Atención al Cliente de su entidad, hizo caso omiso a los mensajes, que los delincuentes empezaron a borrar cuando ella les comenzó a cuestionar.
Común caso de phishing
Víctor Rodríguez, trabajador de SER Madrid Sur, también recibió un intento de engaño, en este caso de extorsión a través de un correo electrónico, con un método ya muy usado. Se dirigieron a él alertándole de que tenían “total acceso” a sus dispositivos conectados y después de varias consideraciones, le comunicaban que tenían un video suyo masturbándose, con la imagen del video que estaba viendo en ese momento.
“Yo me lo tomé a risa porque me di cuenta del gran engaño, era hasta muy burdo, pero habrá gente que se asuste y pague”, porque el siguiente paso era pagar unos 750 dólares en bitcoins, para una vez que recibieran el pago borrar “inmediato el video” y así nunca volvería a saber de ellos. Además, le instaban no denunciar porque “este mensaje no puede ser rastreado, al igual que nuestro identificador de pagos. Llevamos años dedicándonos a esto y le aseguramos… Nunca cometemos errores”, decía el mensaje.
Es una extorsión que juega continuamente con el miedo, hasta el punto de decir a la víctima que si enseña el mensaje a alguien, el video será distribuido de inmediato, recuerda Rubio. Recomienda estar atentos a la forma de redacción o las incongruencias del mensaje y, sobre todo, aconseja, nunca ceder a la extorsión que es falsa.
