“Todos tenemos que apoyar a los agricultores, si desaparecemos el problema será para los consumidores”

Fuenlabrada

Un campo “envejecido”, que produce poco y “con más confianza en terceros países”, si a esto le sumamos la legislación procedente de Europa para la agricultura y el incremento de los gastos en los últimos años para mantener una explotación, encontramos el panorama que viven día a día muchos agricultores y que les han llevado a las protestas que estos días estamos viviendo en nuestro país. Es el análisis que hace Ángel González, presidente de la Comunidad de Regantes ‘Hortifuenla’, una persona que conoce muy bien el sector, no en vano lleva casi toda su vida trabajando la tierra en la huerta de Fuenlabrada, ahora incluida en el Parque Agrario de la ciudad.

Las tractoradas y carreteras cortadas son el hartazgo de un sector que “se ha marginado y abandonado en los últimos años”, dice González. La agricultura en nuestro país, cuenta, está “muy comprometida”. Se multiplican los gastos para mantener la explotación. “Por ejemplo, el sector hortícola, como vemos en Fuenlabrada con tierras de regadío, no tiene subvención”, los abonos han disparado sus precios y “la energía que gastamos para regar nos cuesta lo mismo que la que usamos en casa, aunque la uso para producir alimentos”. Además, “nos dan subvención para el gasoil, pero no para la electricidad”, clama.

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Otro problema del campo es la estricta legislación europea que “es un sufrimiento cumplir”, porque dice, que son un sector envejecido que no se maneja con los trámites digitales y eso les obliga a tener un gestor y aún así la complicación es máxima. Luego está “el problema de los fitosanitarios, sobre ello se han tomado medidas que no deberían ser tan estrictas”. Además, considera que la importación de productos de otros países, “con otra legislación menos restrictiva”, es algo que hace “bastante daño”. Por eso, Gonzales pide apoyo para el sector porque “es un problema de todos si desaparecemos, el problema será para la sociedad como consumidores”

Ajustar los márgenes

Ante esta situación, González pide, y no es nueva la reivindicación en el sector, “ajustar beneficios en los escalones desde el agricultor al consumidor”. Y pone como ejemplo, por un kilo de acelgas de la huerta fuenlabreña, producto que nutre en gran medida a Mercamadrid”, a ellos les vienen pagando entre 40 y 50 céntimos, mientras que el precio de una bolsa de acelgas en un supermercado “multiplica por 10 su precio”.

Para González, además de solventar los problemas antes citados, una de las salidas pasaría por “producir bajo plástico”, es decir, en invernaderos. Sin embargo, en la Comunidad de Madrid es complicado porque la legislación es muy estricta y dificulta la instalación.

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El invernadero cerrado evita las plagas, lo que sería una solución a las restricciones de fitosanitarios. “La producción de acelga ha bajado mucho en Fuenlabrada” por las restricciones en el uso de plaguicidas, y si sigue todo así teme que esté en peligro. Por eso, muchos agricultores aquí "optan por otros productos como la cebolla, el repollo o la coliflor".

Fuenlabrada realizó hace años una fuerte apuesta para crear un Parque Agrario y apoyar la agricultura en una ciudad plenamente industrial. En él funciona una huerta experimental para recuperar productos autóctonos y apostar por una agricultura más ecológica. En la actualidad hay entre 30 y 40 agricultores en la Comunidad de Regantes, aunque la mayoría ya no son jóvenes, porque “no hay relevo generacional, ni lo va a haber, si no se buscan soluciones a estos problemas”.