Así será el equipo de protonterapia para tratar el cáncer que llegará al hospital de Fuenlabrada
Se trata de una de las tecnologías más avanzadas para el tratamiento del cáncer, que destaca, entre otras cosas, por su precisión para atacar la parte dañada y no afectar a órganos cercanos
Alfonso López, Jefe del Servicio de Radiofísica del Hospital de Fuenlabrada, cuenta cómo será el equipo de protonterapia que llegará al centro.
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Fuenlabrada
El hospital de Fuenlabrada se prepara para la llegada de una de las tecnologías más modernas y eficaces para el tratamiento contra el cáncer. De hecho, a primeros de junio se aprobaba la adjudicación de las obras del espacio donde se ubicará la nueva equipación. Será uno de los diez equipos de protonterapia donados a hospitales públicos españoles por la Fundación Amancio Ortega y el de Fuenlabrada contará con uno de los dos que llegarán a la Comunidad de Madrid, el segundo irá a La Paz.
Según ha contado a SER Madrid Sur Alfonso López, Jefe del Servicio de Radiofísica y Protección Radiológica del Hospital fuenlabreño, “estamos hablando de un aparato muy complejo”, con un núcleo central que es un acelerador, un ciclotrón, de unas doscientas toneladas de peso. “De ahí salen protones que hay que dirigir con un sistema de unos ocho metros de diámetro, que gira alrededor del paciente para irradiar en distintas direcciones”, explica López, quien precisa que el paciente, en la sala de tratamiento, se situará sobre una zona robotizada.
Este equipo, dadas sus características, tiene que estar ubicado en un ‘búnker’ “bastante especial”, ya que se trabaja con partículas de radiación de alta energía y esto hace necesario “tener unos métodos de protección para evitar que salga al exterior”. Por eso, las paredes del edificio que aloje este aparato serán de un grosor de entre 2 y 3 metros de hormigón, con el fin de absorber estas radiaciones, trabajando así de forma segura y sin filtraciones al exterior.
Tiempo de instalación y formación
Según López la obra del ‘búnker’, ya adjudicada, se estima dure entre 12 y 14 meses y la instalación del equipo estará en “un tiempo similar, porque es muy complejo y es complicado ponerlo en marcha”. Una vez instalado empezará la formación de los profesionales, “es fundamental”. De momento, ya han empezado a formarse los integrantes de la unidad de radioterapia y radiofísica, aunque López explica que una vez entreguen el equipo necesitarán “varios meses para practicar y saber manejarlo de forma segura con pacientes para que estén bien tratados desde el primer día”.
El equipo de protonterapia será clave especialmente para pacientes de oncología pediátrica. “Es muy importante preservar los tejidos sanos de los niños y que las dosis de radiación en ellos sea la menor posible. Tienen por delante una larga supervivencia después de la curación y los efectos secundarios tienen más tiempo para aparecer, por eso en muy importante reducirlos”, algo que ocurrirá con la protonterapia.
Pero también se utilizará en adultos para tumores en los que la radioterapia convencional no sea posible al haber órganos sanos muy cerca del tumor y no poder irradiarlo sin dañar la parte sana, según indica el doctor. “Serían, por ejemplo, tumores en la base del cráneo o en algunas zonas del pulmón…, todavía estamos discutiendo las indicaciones, pero serían esos dos grupos de pacientes”.