Dormir poco y comer mal afectan a las notas de tu hijo
Los hábitos saludables en alimentación y descanso son claves para un mejor rendimiento escolar
Hablamos de hábitos saludables para el estudio con el pediatra Iván Carabaño y la doctora Ángela Ballestero
Fuenlabrada
Estos días antes de las vacaciones de Navidad, los adolescentes reciben las notas del primer trimestre del curso y, aunque hay otros factores, los malos hábitos en su día a día pueden afectar a su rendimiento escolar.
“Desde hace años se ha establecido una relación directa los estilos de vida y las calificaciones: Fumar, beber alcohol, enfrentarse a pantallas más de 2 horas al día y el sedentarismo se asocian con peor rendimiento académico”, resume el pediatra Iván Carabaño. En el caso de los chicos, la situación se acentúa más.
Por otro lado, se ha confirmado que los adolescentes con una buena higiene del sueño “sacan mejores notas en asignaturas como matemáticas, según la revista International Journal of Clinical and Health Psychology”.
La doctora Ángela Ballestero, médico especialista en Neurofisiología Clínica y envejecimiento saludable, señala que entre los errores habituales ante los estudios está el típico “estudiar toda la noche sin dormir, memorizar en lugar de comprender los conceptos o no organizar un horario de estudio y dejar todo para el último momento”.
Ballestero subraya que uno de los pilares fundamentales para el aprendizaje es el sueño. “Es fundamental porque durante la noche, especialmente en las fases profundas y REM, el cerebro consolida lo que aprendemos durante el día. Es decir, transforma la información en recuerdos a largo plazo. Además, el sueño regula la atención, el estado de ánimo y la capacidad de resolver problemas, todos aspectos esenciales para que nos vaya bien en nuestra parte académica”.
Para que se produzcan estas fases de sueño en las que se consolida lo que hemos aprendido durante el día al menos hay que dormir entre 8 y 10 horas. “Hay que recordar que nuestros adolescentes necesitan más que los adultos por todos estos procesos de formación de conexiones neuronales que ocurren en esta etapa y más durante periodos de estudio intenso/exámenes”, asegura.
Entre los hábitos saludables también entra la alimentación y recomienda alimentos ricos en omega-3 (como pescado, nueces, aguacate). “Son esenciales para nuestra salud cerebral y nosotros nos los podemos generar”, añade mientras que durante los periodos de estrés o alto rendimiento académico “nos oxidamos más así que es fundamental ingerir frutas y verduras coloridas, ricas en antioxidantes”.
También es bueno evitar comidas muy pesadas antes de estudiar o acostarse porque “van robar toda nuestra energía para hacer la digestión y en ese momento la necesitamos para el cerebro” y también dejar “atrás eso de tomar azúcar o bebidas azucaradas para nuestras neuronas como se decía antes porque eso va a provocar el efecto contrario”.
Entre otros consejos están las rutinas de estudio y ahí lo primero es crear un entorno libre de distracciones (“interrupciones en casa, móvil, levantarnos a comer, habitación recogida…”) o antes de empezar a estudiar realizar “algunos ejercicios de respiración para concentrarse en la tarea que viene ahora”.
“Recomiendo la técnica ‘pomodoro’ que es estudiar en bloques de 25-50 minutos con descansos cortos. Hace que sea más fácil comenzar ya que no afrontamos periodos largos de estudio, mantienen controladas las interrupciones, mayor foco en la actividad que realizas. tomarlo como un reto de 25 minutos a máximo rendimiento”, aconseja.
También es bueno incluir actividad física diaria como “salir a dar un paseo aunque sea de 10 minutos después de estudiar para disminuir el nivel de estimulación”.