La historia de Bárbara de Braganza
Nació en Lisboa en 1771 y falleció en Aranjuez en 1758. Se dijo de ella de todo menos bonito habiendo sobrados motivos para todo lo contrario. Fue reina de España, casada con Fernando VI, y podríamos decir que trajo la música a nuestro país rodeándose en la corte de los mejores artistas cuya huella marcó una época y las venideras en la historia de la música
HXHM NACHO ARES
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Madrid
Bárbara de Braganza ha pasado en los mentideros de la historia de los Borbones como una reina por la que su esposo, quien conoció justo en el momento de la boda, quiso salir corriendo por lo poco agraciada que era. Y esto no fue así. Realmente no estaba quizá en los cánones de la belleza de la época, pero lo que enamoró al rey fue su carácter, su inteligencia y su pasión por la cultura y el arte.
Alumna de Scarlatti
Si nosotros contamos en la historia de la música en España con la figura del napolitano Domenico Scarlatti se debe a Bárbara de Braganza. Fue su profesor de música siendo apenas una niña de 8 años estando aún en Lisboa. La relación entre ambos fue tan cercana, musicalmente, no pensemos mal, que ella se lo trajo a Madrid. Y con él, siendo todo un referente en la música de la época, hizo que desfilaran por la corte de Madrid los mejores artistas del momento. Y eso es algo que hay que agradecer porque, al final, es lo que queda y hace un poco para que generaciones después artistas como Boccherini también quisieran darse un paseo por los madriles y tomar la ciudad como su residencia habitual.
Bárbara de Braganza tenía una biblioteca increíble con libros de todo tipo, lo que ya nos está hablando de una mujer culta y sofisticada, nada que ver con otras damas de la corte que lo único que buscaban era ser el centro de atención y medrar en
todo lo que pudieran. Ella se trajo también a Farinelli, uno de los cantantes (castrati) más célebres de la historia. Incluso sabemos que la propia reina escribió numerosas partituras, aunque lamentablemente no hemos conservado ninguna de ellas. No obstante, la esperanza es lo último que se pierde y nadie descarta que en algún legajo perdido de la biblioteca real aparezcan las notas o, poder señalar algunas partituras que se han atribuido a otros artistas como propias de Bárbara de Braganza.