84 años de historia de La Feria del Libro de Madrid
Como un preaviso de la llegada del verano, la Feria del Libro de Madrid se presenta como todo un acontecimiento cultural en la capital. Miles de personas abarrotan el paseo del Retiro para disfrutar de las novedades, curiosear qué famoso está firmando o por el simple placer de pasear rodeado de un ambiente sano y distendido. Pero la Feria del Libro, como todo, también tiene su historia.

Ambiente de público en la Feria del Libro de Madrid, este domingo. EFE/Víctor Lerena / VÍCTOR LERENA (EFE)

Los que somos autores tenemos un cariño especial a la Feria del Libro de Madrid. Este año 2025 se celebra su 84 edición y además de las novedades con que cuenta, como todos los años, es un paso más en esa historia del libro e historia de la ciudad que caminan juntas desde hace casi cien años.
La primera edición de la Feria del Libro de Madrid se celebró en el año 1933 en el Paseo de Recoletos. Fue entre los días 23 y 29 de abril, un tiempo primaveral, más corto que las dos largas semanas que hoy ocupa desde el último fin de semana de mayo, y seguro que lleno de vicisitudes climáticas.
Una feria para todos
Hay que pensar que en aquella época el número de lectores era infinitamente más pequeño que ahora. No solo no había mucha cantidad de libros editados, sino que, además, los lectores eran menos. Los libros eran casi un artículo de lujo y el nivel de analfabetismo de era enorme.
Con la llegada de la Guerra (In)civil que llamamos aquí, la feria se cerró. El problema económico de España y, sobre todo, el de educación, hizo que no se reabriera hasta 1944, cinco años después de acabar la guerra. La feria fue en ocasiones itinerante y no se entendía como algo propio de Madrid. Estas ferias locales no nacerían hasta décadas después.
La sede de la feria ha ido cambiando por diferentes puntos de la ciudad. Incluso en 1979 estuvo en una ocasión estuvo en la Casa de Campo, lejos de todo el mundo, y claro, no fue ni Blas, por lo que se decidió volverla a traer al centro de la ciudad.
Una historia alucinante que a veces ha estado pasada por agua, pero que no deja de ser parte de la esencia propia de este evento cultural.




