Los heridos en el Medusa Festival tienen derecho a una compensación por los daños ocasionados

Valencia

Cientos de miles de festivaleros se han quedado sin disfrutar del Medusa Sun Beach Festival 2022 tras el accidente que ocasionó la muerte de una persona y decenas de heridos. La dirección del evento canceló el pasado sábado una cita musical que solo pudo celebrar sus primeros días de actuaciones, ya que estaba programado entre los días 10 y 15 de agosto. Y, ahora, la pregunta es: ¿qué va a ocurrir con las personas afectadas?

El secretario de la Unió de Consumidors de la Comunitat Valenciana, Vicente Inglada, pide un poco de paciencia y explica que, en primer lugar, habrá que esperar a conocer las conclusiones de la investigación -que ya ha iniciado la Guardia Civil-. Y, sobre todo, esperar a saber si finalmente el juez de instrucción declara la cancelación del acontecimiento como causa de fuerza mayor por fenómeno meteorológico adverso (reventón térmico). Será entonces cuando tengamos nociones de hasta qué punto la organización del Medusa debe compensar a los asistentes por la falta de incumplimiento del servicio.

Pero, ¿qué pasa con los heridos? ¿Deberían denunciar por daños y perjuicios? ¿Tienen derecho a algún tipo de compensación más allá de la devolución del importe de las entradas? Inglada añade que, si finalmente se demuestra que fue una imprudencia o hubo mala praxis -negligencia- por parte de la organización o las autoridades, todas las personas heridas tendrán derecho a denunciar lo sucedido, aunque solo podrán hacerlo ellos, los que tuvieron algún tipo de daño en forma de lesión. Hasta que llegue ese momento, cuando avance la investigación, la Unió de Consumidors recomienda esperar.

En este sentido, señala que las personas lesionadas serán probablemente compensadas económicamente por los seguros de responsabilidad contratados -que cubrirán los costes- o bien por los organizadores o bien por los propios usuarios, en función del pago de sus tarjetas.

En todo caso, Inglada cree que el Medusa Festival debería proceder a la devolución proporcional del importe de las entradas a quienes adquirieron el abono y finalmente no han podido gozar del evento en su totalidad. O, en su lugar, ofrecer un pase o una entrada para la edición del próximo verano -si es que la hay-, en un festival que acumula ya tres años de cancelaciones consecutivas, tras las dos de 2020 y 2021 debido a la pandemia de la Covid-19.