Investigadores de la UA reclaman un mayor consumo de sardina, boquerón y mejillones para mitigar el cambio climático
Proponen a los consumidores comprar productos de 'kilómetro cero' o de acuicultura sostenible
Pablo Sánchez, catedrático de Ciencias del Mar y Biología Aplicada de la UA, en Hoy por Hoy Alicante
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Alicante
Este estudio liderado por el profesor Javier Atalah, investigador distinguido María Zambrano y por Pablo Sánchez, catedrático del Departamento de Ciencias del Mar y Biología Aplicada de la Universidad de Alicante se basa en los datos de 12.500 unidades familiares, recogidos entre 1991 y 2015, con los que se pone de manifiesto como ha caído en picado el consumo de pescados tradicionales y de cercanía, como la sardina y el boquerón, al tiempo que se produce un ascenso continuado de la compra de lo que denominan 'pescado carnívoro', procedente de granjas, como la dorada, la lubina y el salmón.
Asimismo, también alertan de un incremento del consumo de atún en lata que tiene un gran impacto ambiental por el transporte y el envase. A su vez, también se constata, en estos hábitos de consumo familiar, que se produce una disminución progresiva del consumo de bivalvos, como el mejillón, que también proceden de granjas y del que España es líder en producción.
Las conclusiones, incluidas en el estudio 'En el camino equivocado: dietas basadas en productos de acuicultura sostenibles y con bajas emisiones para mitigar el cambio climático' se han publicado en la revista 'Frontiers in Sustanaible Food System' y se presentaron en la XVIII edición del Congreso Nacional de Acuicultura que se celebró el pasado mes de noviembre en Cádiz.
El objetivo es animar a los ciudadanos a realizar un consumo responsable y a recuperar unos hábitos que no perjudiquen al cambio climático y sirvan para mitigar las consecuencias del cambio climático.
El profesor Sánchez recuerda que peces como el salmón, que se ha introducido en nuestras dietas, proceden de piscifactorías ubicadas en el norte de Europa. Otro tanto ocurre con doradas o lubinas, muchas de las cuales no han sido producidas en nuestro país y llegan a nuestros mercados de lugares alejados como Turquía. Este hecho, junto con la forma de alimentarles, basada en pequeños peces de especies pelágicas, hace que la huella de carbono de estas granjas marinas sea mucho mayor que las de bivalvos que se crían en nuestro país y que se alimentan de los nutrientes de su entorno, principalmente fitoplancton.
Además, los bivalvos, insiste el catedrático de la UA, son una fuente saludable de proteína, ricos en micronutrientes esenciales, minerales y ácidos grados.
Por todo ello, también, con este estudio se pretende dar un toque a las administraciones para que promocionen los productos de proximidad y de acuicultura responsable. Y en el caso de la Comunitat Valenciana, reclaman una apuesta por la producción de la clòtxina, el molusco autóctono.
Por cierto que España es el segundo país europeo, solo superado por Portugal, con el mayor consumo de productos procedentes de la acuicultura. Anualmente, cada español consume de media 42 kilos de estos alimentos, lo que los convierte en una de las principales fuentes de proteína animal.