Los casos de lepra aumentan un diez por ciento en un año: los expertos insisten en que es una enfermedad evitable
En España este año se registraron diez nuevos casos, uno en la Comunitat Valenciana
València
Este domingo es el día internacional contra la lepra, una enfermedad casi erradicada en España y en el resto de países desarrollados, pero que sigue siendo un problema muy grave en los países más pobres. De hecho, en 2022 se diagnosticó un 10 por ciento más de lepra que el año pasado. Las ONG que trabajan en los países menos desarrollados explican que el incremento se debe a que volvieron a la actividad tras tener que parar en 2020 por la pandemia, pero alertan de que el objetivo de conseguir un mundo sin lepra está todavía lejos.
La lepra es una enfermedad que tiene tratamiento pero que, si no se empieza a aplicar en sus primeras fases, puede provocar discapacidades graves. En el último año la lepra registró 141.000 nuevos casos en el mundo, un diez por ciento más que en 2021 y casi todos en países en vías de desarrollo. En España este año se registraron diez nuevos casos, uno en la Comunitat Valenciana. Yolanda Sanchis, de la Fundación Fontilles, insiste en que la lepra sigue siendo "una enfermedad de pobres".
Yolanda Sanchis (Fontilles): "Mientras haya pobreza, va a seguir habiendo lepra"
La Fundación Fontilles tiene en marcha cerca de 16 proyectos para luchar contra la lepra en seis países diferentes, además del sanatorio en València que sigue atendiendo a personas españolas que pasaron la enfermedad hace muchos años y siguen teniendo secuelas. En total, trabajan cien personas en esta oenegé. Sanchis cree que estamos en condiciones de erradicar la lepra, pero hace falta más compromiso por parte de todos los países y, sobre todo, más recursos.
Yolanda Sanchis (Fontilles): "Es una enfermedad que se puede prevenir"
El Sureste Asiático, la zona con más casos
Por regiones, la enfermedad ha registrado 93.485 casos en el Sudeste Asiático; 21.201 en África; 19.826 en América; 3.588 en el Mediterráneo Oriental; 2.480 en el Pacífico Occidental; y 14 en Europa. Los veintitrés países considerados prioritarios por la OMS en la lucha contra la lepra concentran el 94,6% de las detecciones y tres de ellos, el 74,5%: India, con 75.394, el 53,6%; Brasil, con 18.318, el 13%; e Indonesia, con 10.976, el 7,8%.
Asimismo, las recaídas se han incrementado en un 7,1%, al pasar de 2.990 a 3.201, lo que evidencia fallos en la vigilancia de la evolución del tratamiento por parte de algunos sistemas nacionales de salud.
Por último, las detecciones en mujeres y niñas suponen solo el 39,4% del total (55.349) pese a no tener un menor riesgo de contraer la enfermedad respecto a hombres y niños, lo que indica una brecha de género en el acceso a los servicios de prevención, diagnóstico y tratamiento.
La lepra en España
En España, en 2022, se notificaron al Registro Estatal de Lepra del Instituto de Salud Carlos III-Centro Nacional de Epidemiología 10 nuevos casos: 1 en Andalucía, 2 en Asturias, 2 en Baleares, 1 en Cantabria, 1 en la Comunitat Valenciana, 1 en Galicia, 1 en Murcia y 1 en La Rioja. Al finalizar el año, había 19 personas en tratamiento: 3 en Andalucía, 2 en Asturias, 4 en Baleares, 1 en Cantabria, 3 en la Comunitat Valenciana, 2 en Galicia, 1 en Madrid, 1 en Murcia, 1 en el País Vasco y 1 en La Rioja.
En 2021, de acuerdo con la misma fuente, se notificaron cuatro nuevos casos: 3 en Andalucía y 1 en Baleares. Dicho año acabó con 16 personas en tratamiento: 4 en Andalucía, 3 en Baleares, 3 en Madrid, 2 en la Comunitat Valenciana, 1 en Cantabria, 1 en Castilla-La Mancha, 1 en Catalunya y 1 en Euskadi.
Así es la enfermedad
El Día Mundial contra la Lepra se instauró en 1954 a iniciativa del periodista francés Raoul Follereau y se celebra el último domingo de enero con motivo de la muerte de Mahatma Gandhi, en reconocimiento a su intenso trabajo de ayuda a las personas afectadas. Su objetivo es sensibilizar sobre la existencia de una enfermedad que muchas personas creen erradicada, y conseguir la ayuda necesaria para prevenirla, detectarla, reducir la incidencia de las discapacidades asociadas y garantizar el futuro de quienes la padecen o la han padecido.
La lepra es una enfermedad crónica causada por el bacilo Mycobacterium leprae, descubierto en 1873 por el científico noruego Gerhard Armauer Hansen; puede atacar al ser humano a cualquier edad y a ambos sexos por igual, y aunque el periodo de incubación dura entre tres y cinco años, los síntomas pueden tardar en aparecer hasta veinte años.
Esta patología afecta fundamentalmente a la piel y a los nervios. Sus primeros signos son manchas pálidas de piel o entumecimiento en los dedos de las manos y los pies, pero si no se trata en fases tempranas puede ocasionar lesiones progresivas y permanentes de la piel, los nervios, las extremidades y los ojos, generando parálisis y discapacidades irreversibles.
La transmisión se realiza solo a través de minúsculas gotas expulsadas por la nariz y la boca. En contra de la creencia popular, la lepra presenta un escaso contagio, que solo se produce al convivir con la persona afectada en condiciones de hacinamiento, mala alimentación y falta de higiene, lo que vincula su transmisión a situaciones de pobreza.
La lepra es curable gracias al tratamiento de la Poliquimioterapia (MDT), que se aplica desde 1982 y consiste en la combinación de tres fármacos (dapsona, rifampicina y clofazimina) durante un periodo que oscila entre los seis y los doce meses. La enfermedad deja de ser contagiosa desde la aplicación de la primera dosis.
Como enfermedad tropical desatendida, la eliminación de la lepra es una de las metas en que se concretan los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas para 2030. Estas enfermedades olvidadas, entre las que también se incluyen otras como el mal de Chagas, la úlcera de Buruli, la filariasis linfática, la leishmaniasis o el dengue, afectan a una sexta parte de la población mundial, se dan en contextos de extrema pobreza y, aunque se pueden curar o prevenir con un coste bajo, causan cada año la muerte o la discapacidad permanente a cientos de miles de personas como consecuencia de las dificultades de distribución del tratamiento a los colectivos afectados.
La fundación Fontilles
La fundación Fontilles es la entidad española referente en la lucha contra la lepra desde la apertura en 1909 del sanatorio San Francisco de Borja en el municipio de la Vall de Laguar (comarca de la Marina Alta, Alicante), en el que a lo largo de su historia recibieron atención 3.000 pacientes. Es miembro de la Federación Internacional de Asociaciones contra la Lepra (ILEP) y desde 1986 desarrolla proyectos de cooperación internacional con el objetivo de acabar con la lepra y sus consecuencias, especialmente en niños y niñas, así como con el resto de enfermedades olvidadas ligadas a la pobreza, y apoyar el desarrollo sostenible de las poblaciones afectadas.
En España, la entidad desarrolla su actividad en el centro San Francisco de Borja-Fontilles, evolución del antiguo sanatorio, en el que dispone del Centro de Diversidad Funcional Ferrís, donde atiende a personas con daño cerebral; del Centro Geriátrico Borja, especializado en la atención de personas mayores con distintos grados de dependencia; y del propio sanatorio, centro nacional de referencia en lepra, que acoge a 12 residentes con secuelas de la enfermedad y da tratamiento ambulatorio a otros 12 pacientes de lepra, en colaboración con la Conselleria de Sanidad Universal y Salud Pública.