No podemos permitir que la sequía nos deje sin agua del Tajo
La Columna de Carlos Arcaya: «No podemos permitir que la sequía nos deje sin agua del Tajo»
Alicante
Con cierta miopía hay quien interpreta que las obras anunciadas por las conselleras Aitana Mas e Isaura Navarro para llevar el agua depurada en Alicante a las explotaciones agrarias es una forma de tapar políticamente la reducción del agua a trasvasar desde el Tajo por el incremento de caudales ecológicos.
Las casualidades hicieron que el anuncio de inversión y la admisión a trámite del recurso de la Generalitat coincidieran en el tiempo. Y sin tener en cuenta el fondo de lo que se reclama -que se afinen técnicamente esos caudales-, es absolutamente necesario que reutilicemos toda el agua que se depura.
Es una medida bien planteada a medio y largo plazo. Como también lo es exigir que el Gobierno central que cumpla con su plan millonario de inversiones para este mismo fin y para aumentar y repartir el agua desalada. El cambio climático nos obliga a ello.
Si el planteamiento del Gobierno central tiene una parte positiva es la que recuerda que no podemos permitir que un año de sequía -que llegarán, como ya ha pasado- nos deje sin agua del Tajo. Sería una catástrofe para nuestro campo y por ello debemos de disponer de alternativas propias. Ni una cosa quita a la otra ni la tapa.