El verano agudiza la soledad no deseada: conocemos cómo funciona el servicio de ayuda a domicilio que atiende a personas mayores dependientes en la Comunitat
En 'Hoy por Hoy Comunitat Valenciana' hemos estado en casa de Tomás, que tiene 96 años y hace seis que vive solo en un primer piso sin ascensor en el barrio de El Carme (València)
El verano agudiza la soledad no deseada de las personas mayores
València
Son muchas las personas mayores que viven solas en la Comunitat Valenciana y que ven cómo ese sentimiento de soledad no deseada se agudiza especialmente con la llegada del verano, cuando sus redes de apoyo habituales se encuentran de vacaciones y no pueden estar presentes en el día a día. Es en ese momento cuando cobran una vital relevancia los diferentes servicios de ayuda a domicilio que prestan las administraciones públicas para tratar de paliar esa carencia familiar y que hacen que la ciudadanía usuaria se encuentre más acompañada.
Para conocer esa realidad de cerca, en 'Hoy por Hoy Comunitat Valenciana' hemos estado en casa de Tomás, que nos ha contado su historia. Tiene 96 años y hace seis que vive solo en un primer piso sin ascensor en el barrio de El Carme, en la ciudad de València. Tomás es beneficiario del programa de 'Menjar a domicili' -que opera los 365 días del año-, del servicio de teleasistencia y de la ayuda domiciliaria, que recibe tres días a la semana -los lunes, los miércoles y los viernes- y que consiste en apoyo para el aseo personal, salir a dar paseos, la realización de las tareas de la casa y el trámite de gestiones como hacer la compra o ir al médico.
El día a día de Tomás (96 años)
Cuenta que lleva bien el hecho de vivir solo y se muestra "muy agradecido" por el trato de las trabajadoras del sector (en femenino porque son mujeres en su mayoría), que realizan una labor fundamental de acompañamiento. "Conversamos, nos contamos chistes y lo pasamos bien", explica. De hecho, ese trato hace que se forjen relaciones afectivas que van más allá de lo estrictamente laboral y que hacen que ambas partes se consideren "como un miembro más de la familia".
Tomás es soltero, no tiene descendencia y su principal figura familiar es su sobrina, de quien dice con orgullo que es "tío y padrino de nacimiento". Ella es quien, entre otras cosas, se encarga de cuidarle y de administrarle la cuenta del banco, una faena "cada vez más complicada para los mayores".
Además, confiesa que, en las muchas horas que pasa solo, le gusta escuchar la radio, salir a comprar y tomar el aire.
Cuidar y conversar
Noelia Ruiz es la supervisora del servicio de teleasistencia que presta el Ayuntamiento de València a través de la compañía Atenzia, que cuenta con 7.000 personas usuarias, el 80 por ciento de las cuales son mujeres mayores de 85 años.
Además de proporcionarles la tranquilidad de estar ahí si les necesitan, realizan llamadas de seguimiento, recordatorio de la medicación, felicitación de cumpleaños y recomendaciones ante olas de calor.
Aunque lo que más buscan es simplemente conversar. "Muchas veces llaman diciendo que se han equivocado y lo que quieren es hablar. Nos consideran como sus familiares: saben que los conocemos, lo que les ocurre, sus preocupaciones... Llegamos a ser más que una familia", asegura Ruiz.
Carlos Capataz es director de Servicios Tecnológicos Digitales de Cruz Roja Española y coincide en que su principal función es la de acompañar a las personas que se encuentran en esta situación, que resulta difícil de sobrellevar en verano, "por el distanciamiento de los familiares", y también en otros momentos puntuales del año "que son muy sensibles, como la época de la Navidad".
Capataz señala que "las noches son muy duras porque la cabeza empieza a recordar" y asegura que están atentos a cualquier llamada, siempre con la filosofía de que "no hay prisa": "Si hay que estar una hora hablando con la persona, se está".