Aire limpio para las Casitas Rosas de València

València

Lo que escuchan es una discusión a pleno pulmón entre varios vecinos de las conocidas como las Casitas Rosas de la Malvarrosa. Unos reprochando a un vecino que les tirara desde un tercer piso un cubo de agua, mientras éste les acusaba de vender droga... Y al final, la voz de un miembro de la asociación Amics de la Malva denunciando que este tipo de situaciones se viven de manera constante.

Y todo ha ocurrido este mediodía mientras la alcaldesa de València, María José Catalá, y varios miembros de su equipo de gobierno visitaban, acompañados por un fuerte dispositivo policial, una de las zonas más degradadas de la ciudad. Allí han comenzado hoy unas obras para despejar el jardín de la plaza 7 de octubre que se había convertido en zona de cobijo para drogadictos y narcotraficantes.

Los vecinos aplauden la iniciativa, aunque recuerdan que lo que se necesita en el barrio es un plan de actuación integral por parte de todas las administraciones y encabezada por los servicios sociales municipales.

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Intervención de Servicios Sociales

En cuatro meses está previsto que terminen estas obras demandadas por los vecinos y que cuentan con el visto bueno de la policía local. Se trata de la primera actuación urbanística que el Ayuntamiento lleva a cabo en Casitas Rosas en la última década.

Los trabajos suponen una inversión de 300.000 euros y se suman a las obras de rehabilitación del pabellón de la Malvarrosa, además de la renovación del alcantarillado y demás canalizaciones, que suman otro 1,2 millones de euros.

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La alcaldesa ha visitado las obras después de reunirse con representantes de la asociación de vecinos Amics de la Malva a los que ha prometido que ésta no es más que la primera intervención del Ayuntamiento, pero van a venir más.

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Entre otras, la reurbanización de la avenida Malvarrosa o la apertura de un centro cívico con biblioteca. Pero la más urgente, la puesta en marcha de un estudio por parte de los servicios sociales de las personas que viven en Casitas Rosas para determinar sus necesidades de manera individualizada.

Dependiendo de los resultados de ese estudio, se determinará si es necesario derribar algún edificio o se puede optar por la rehabilitación.

Los vecinos piden un plan integral

Los vecinos aplauden estos primeros movimientos del Ayuntamiento en la Malvarrosa que llegan después de meses de movilizaciones en un barrio harto de soportar el problema de la droga y la delincuencia.

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Es algo que ponía en valor el portavoz de Amics de la Malva, Pau Díaz, que recordaba que en la plaza que se está demoliendo había antes otro edificio que se derribó hace ahora 30 años por ser un punto de degradación y donde se vendía droga.

Tres décadas después el problema sigue sin solucionarse. Por eso, seguirán movilizándose porque los vecinos quieren participar en el plan social de su barrio en el que se tienen que involucrar todas las administraciones.

"Menos fotos y más trabajar"

Desde la oposición, la portavoz de Compromís, Papi Robles, valora que la alcaldesa Catalá haya recuperado las mesas interconcejalías que puso en marcha el gobierno de Joan Ribó para abordar los problemas de los barrios escuchando, dialogando y promoviendo la participación de los vecinos.

Ahora bien, Robles recuerda que las soluciones para estos barrios deben tener un punto de vista integral, no pueden ser parches. Lamenta también que a la reunión de esta mañana en la Malvarrosa no haya acudido ningún concejal de Vox.

Y la portavoz socialista Sandra Gómez critica que Catalá haya estado en la Malvarrosa, según ha dicho, haciéndose fotos con obras que ya estaban previstas en la contrata.

Gómez lamenta que Catalá no tenga todavía un plan para Casitas Rosas, pero haya desechado el proyecto que dejó el anterior gobierno local.