¿Cómo utilizan ChatGPT los universitarios valencianos?

València

La llegada de ChatGPT a nuestras vidas ha supuesto un salto en materia de Inteligencia Artificial que anticipa el comienzo de una nueva era, un antes y un después en el mundo que conocemos. Una sensación similar a la vivida en los años sesenta del siglo pasado con la irrupción de Internet, que lo cambió todo.

Y es que el chat virtual creado por la compañía OpenAI consiste en una potentísima herramienta digital, de acceso gratuito, que ha revolucionado el campo tecnológico y que, a pesar de sus virtudes -que las tiene-, ha generado una cierta preocupación social ante el amplio abanico de riesgos que esconde.

Un uso "indebido y demasiado frecuente"

Es lo que ocurre en el ámbito de la docencia, un sector especialmente alarmado por el abuso que el alumnado pueda hacer de esta tecnología incipiente a la hora de redactar sus trabajos académicos. Precisamente en ese objetivo, el de analizar qué hacen los estudiantes valencianos de grado y máster con la información que obtienen de ChatGPT, han trabajado Esther Villajos y Aida Soriano, investigadoras del Instituto de Investigación en Psicología de los Recursos Humanos, del Desarrollo Organizacional y de la Calidad de Vida Laboral (IDOCAL) de la Universitat de València (UV), que este martes han pasado por los micrófonos de la Cadena SER.

Porque sí, el profesorado sabe que el bot está presente en las aulas y busca que los escolares lo integren de una manera responsable. "El alumnado hace un uso indebido y demasiado frecuente de esta herramienta. De hecho, nos han llegado trabajos con mucho copia y pega directo, con el párrafo tal cual aparece redactado en ChatGPT, y eso es fácilmente detectable", ha explicado Villajos en Hoy por Hoy Valencia.

Es más, ha reconocido tener constancia de que "hay muchas personas que llegan a la universidad habiendo hecho un uso excesivo de él durante la época del instituto". Una realidad que, por otro lado, les ha abierto la puerta de la formación en la materia mediante la organización de charlas y talleres que aborden la problemática.

Más allá del plagio

Así que la clave para evitar que estas prácticas -nada deseables en el entorno educativo- se multipliquen está en la concienciación. Aplicar el sentido crítico y verificar los datos que allí se encuentren es lo mínimo que debe inculcarse para que la consulta al ChatGPT resulte satisfactoria. "La solución, bajo nuestro punto de vista, pasa por aceptar que esta Inteligencia Artificial va a ser utilizada y enfatizar la obligación de que lo hagan de una manera adecuada", ha añadido Soriano.

Estudiar, sobre todo en niveles tan elevados, implica la asunción de una serie de "conductas éticas" orientadas hacia el "aprendizaje autónomo", el que enriquece el crecimiento intelectual de uno mismo. "En la universidad no podemos dedicar esfuerzos a detectar plagios, porque se supone que aquí está quien quiere estar", ha afirmado.

"En la dirección correcta"

El estudio, según han contado en la SER sus principales responsables, concluye que "andamos en la dirección correcta, ya que los participantes que recibieron orientación al respecto otorgaron menos credibilidad a la información que les ofrecía ChatGPT y hacían más esfuerzos por contrastarla".