Si nos escucháramos, a lo mejor, hasta nos entendíamos

Alicante

En el PP los argumentarios funcionan. Lo demostraron ayer por partida doble: con la visita del presidente Pedro Sánchez y con la conferencia de la consellera d'Acció Exterior de la Generalitat de Catalunya, Meritxell Serret, en Casa Mediterráneo.

Al margen de los trasvases y la desalación -18.000 desaladoras funcionan en el mundo-, las críticas a Serret muestran cómo los populares no dejan pasar ni una para airear el procés, el independentismo y la amnistía. Aunque no sea una semana muy propicia para ello después de que casi todos los medios publicáramos que el PP se planteaba indultar a Puigdemont y tras los contactos con Esquerra Republicana de Catalunya.

En cualquier caso, esta consellera de un gobierno autonómico, ha venido a proponer la creación de una macrorregión mediterránea con el objetivo de afrontar retos comunes -entre ellos, el cambio climático- y de reivindicar un espacio que nos une.

¿Qué hay de malo en todo ello? ¿Qué hay de malo en hablar? ¿Qué hay de malo en que Alicante se convierta en un lugar de encuentro para que políticos de todas las sensibilidades y de todos los gobiernos autonómicos, también de otros países, vengan a mirar hacia el futuro? A lo mejor, si nos escucháramos, hasta nos entendíamos.

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