Origen y modas en Fallas del vestido y peinado de valenciana: rodetes, sedas y espardenyes
Los románticos de finales del siglo XIX utilizaron el traje de labradora durante la Renaixença como una evocación idílica del glorioso pasado de la patria valenciana y las Fallas lo hicieron suyo, pero el paso del tiempo y las modas han desvirtuado esta motivación primigenia
València
Uno de los aspectos más relevantes de las Fallas, y que más llama la atención del visitante foráneo, es la indumentaria tradicional valenciana que usan las falleras y los falleros. En este sentido, lo primero que habría que apuntar es que en la actualidad y ante la arrolladora uniformidad de las modas, es difícil encontrar a alguien que realmente vaya vestido como se suele decir a l’antiga, es decir, respetando los cánones establecidos por la tradición y recogidos en documentos de los siglos XVIII y XIX procedentes de fuentes orales y gráficas.
Traje de valenciana o de fallera
Lo que está claro es que el traje denominado de fallera aparece en la fiesta a partir de los años veinte del siglo pasado, influenciado por la corriente cultural de la Renaixença y la celebración de los Jocs Florals, en el momento álgido del proyecto regionalista valenciano, que había identificado a la labradora valenciana como símbolo de la ciudad de Valencia y su huerta.
Y es a partir de los años treinta cuando esa forma de vestir de llauradora valenciana se empieza a consolidar en la que ya es la fiesta grande de la ciudad, gracias a los rituales de elección de bellezas falleras, donde las candidatas se distinguían por llevar estos trajes, a imitación de los concursos de misses tan populares en aquella época, sobre todo a raíz del nombramiento de la valenciana Pepita Samper como primera Miss España en 1929.
Desde entonces, lo que hoy en día conocemos como traje de valenciana o de fallera, ha ido evolucionando y adaptándose a las modas de cada momento, aunque en esencia todavía conserva la estructura fundamental, y en muchos casos están elaborados con los mismos materiales empleados hace siglos (lana, seda, piel, cáñamo, lino, yute, etc.). De esta manera podemos enumerar las prendas que todo traje de valenciana que se precie debe llevar:
- Camisa o chambra en el torso sobre el cual va el justillo o el jubón, medias ligadas, pantalón interior o enaguas en las piernas, cubiertas por el refajo, falda, zagalejo o guardapiés, y el delantal.
- El peinado se caracteriza por el tradicional moño trasero y los rodetes laterales -propios del siglo XIX- sujeto con agujas y pinchos ornamentales cubierto por cofia o mantilla. El accesorio más singular es la peineta o pinta de diversas formas y hechas generalmente de plata o latón.
- En cuanto al calzado encontramos zapatos de piel o seda, o las populares espardenyes (alpargatas).
Los reconocibles "rodetes" en el pelo
Pero si hay algo que distingue y diferencia a las falleras es su singular peinado, que se caracteriza por el recogido del pelo en un moño trasero en forma redondeada, datado ya en el siglo XVI, y sobre todo por los rodetes laterales, unos moños pequeños pegados a las orejas, formados por trenzas y enrollados en forma de caracol que se pusieron de moda a mediados del siglo XIX. Tanto el moño trasero como los rodetes se sujetan con agujas y pinchos ornamentales, y se rematan con una peineta o pinta de diversas formas, más grande detrás que las dos laterales, hechas generalmente de plata o latón.
Evolución de la indumentaria masculina
Respecto a la indumentaria masculina, la tradicional no tuvo en un principio tanto predicamento entre los falleros. No en vano, la Junta Central Fallera se inventó en los años 50 un traje oficial, un uniforme negro compuesto por chaqueta de raso, camisa blanca y pantalón, con una faja del color vinculado al cargo fallero, que popularmente se le conoce como “traje de cucaracha” y era de uso obligatorio en los actos oficiales. No fue hasta los años 80 cuando el traje de llaurador se empezó a poner de moda entre los hombres de la fiesta. Este vestido, ahora mayoritario se le conoce como saragüells (zaragüelles) por los calzones típicos, o torrentí en su versión con pantalones, y también consta de una serie de elementos fundamentales:
- Chaleco o blusa sobre la camisa y sobre este una chupa o chaqueta. En las piernas, cubiertas por medias o calzas, los mencionados pantalones o saragüells, sobre los que se puede poner una negrilla, y que se sujetan mediante una faja.
- En la cabeza, un pañuelo que puede adquirir formas muy diversas, y un barret o sombrero que también abarca una tipología amplia de modelos.
- En los pies abarcas o espardenyes son el calzado más habitual.
En definitiva, estos son los elementos más comunes de la indumentaria tradicional valenciana que a grandes rasgos podemos detectar en los días grandes de fiesta, en las populares danzas, en pasacalles y ofrendas. Pero es precisamente en su diversidad, en su cantidad de variantes, de formas y materiales, donde radica su riqueza.