Hasta 32 toneladas de residuos han sido recogidos por los barcos pesqueros castellonenses en el último año. Una recolección enmarcada en el proyecto Upcycling the Oceans de la Fundacion Ecoalf, Ecoembes y las cofradías pesqueras de la Comunitat. En Castellón han colaborado con el proyecto--de manera desinteresada--pescadores de los puertos de Vinaroz, Benicarló, Peñíscola, Grao de Castellón y Burriana. Toda esa cantidad de basura recogida en los fondos marinos deja un mensaje de advertencia de parte de los pescadores. «la principal consecuencia recae sobre la calidad del producto, ya que el pescado consume esos microplásticos y a la hora de subastar esa captura lo notamos», explica Manuel Albiol, secretario general de Coincopesca en Castellón. Más allá de la afectación directa en el pescado, desde la cofradía de pescadores de Castellón destacan los desperfectos que esta basura también genera en los utensilios de captura, como son las redes. Esto, supone un coste añadido para los pescadores. «No todo es culpa del marinero, es importante una política de recuperación del recurso que pongan en valor que la contaminación de tierra afecta directamente a los recursos. Si los esfuerzos y las normativos fuesen duales, no todo recae en el esfuerzo de una de las partes», comenta Albiol. La mayor cantidad de residuos se concentra en las zonas de mar próximas a las áreas industriales y núcleos urbanos. Andrea Ruzo, directora de la fundación Ecoalf explica en A Vivir Castellón que esas 32 toneladas recolectadas en zonas próximas a los puertos castellonenses tan solo son «una mínima parte». «Se calcula que cada minuto se vierte el equivalente a un contenedor de basura en todo el mundo, que equivale a unas 20 toneladas», explica Ruzo. El proyecto lo integran pescadores de todo el país, 150 de ellos pertenecientes a Castellón. De hecho, la provincia es una de las pioneras en impulsar este proyecto iniciado en 2015 y que ya abarca costas como la de Egipto. Desde la Fundación explican que sí ha habido una mayor toma de conciencia de parte de las administraciones, pero lamenta que los cambios van «más lentos de lo que deberían». El proyecto consiste en 4 acciones fundamentales: recuperar, separar, reciclar y procesar. La primera fase comienza en la propia mar, cuando los pescadores salen a faenar y se enfrentan, día a día, a una crítica realidad: encontrar en sus redes basura marina que separan de forma minuciosa de los peces que luego llegan a nuestros hogares. Una vez regresan al puerto, estos depositan la basura marina en los contenedores específicos facilitados por el proyecto, y luego son transportados a las plantas de separación para su clasificación y su posterior procesamiento. En el caso de los residuos de plástico PET, además, una vez transformados en granza, se tratan para convertirse en el hilo de mar de Ecoalf, un poliéster 100 % reciclado que se utiliza para confeccionar productos con la misma calidad y diseño que los mejores no reciclados. El resto de los residuos son seleccionados y enviados a sus canales de reciclaje correspondientes, dándoles una segunda vida.