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Más de 380 obras, algunas inéditas, componen la mayor retrospectiva de la artista valenciana Manuela Ballester

En 'Hoy por Hoy Valencia' conocemos los detalles de la exposición que la Universitat de València ha organizado en La Nau para conmemorar el 30 aniversario de la muerte de la pintora

València

El Centre Cultural La Nau acoge la mayor retrospectiva realizada hasta la fecha de la artista valenciana Manuela Ballester. Se trata de la exposición que la Universitat de València ha organizado con motivo del 30 aniversario de su muerte y que podrá visitarse gratuitamente hasta el próximo 1 de septiembre.

Manuela Ballester. Pintar frente a todo es fruto de casi una década de minuciosa investigación y está comisariada por Carmen Gaitán, científica titular del Departamento de Historia del Arte y Patrimonio del CSIC, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, que ha pasado por los micrófonos de Hoy por Hoy Valencia para profundizar en los detalles de una muestra que reúne más de 380 piezas, muchas inéditas y procedentes España, México y Alemania, tres de los países en los que residió.

Creadora incansable, Ballester forjó, con tenacidad y esmero, un legado que trasciende fronteras y épocas, pero "cuya obra todavía esperaba un merecido reconocimiento”. “El título de la exposición intenta reflejar esas dificultades y obstáculos, derivados de sus roles como esposa, al lado de un artista como Josep Renau, y madre de una familia numerosa, al tener que hacerse cargo de sus cinco hijos, aunque también de la obligada huida de la patria”.

Carmen Gaitán, comisaria de la muestra, en los estudios de Radio Valencia.

Carmen Gaitán, comisaria de la muestra, en los estudios de Radio Valencia. / Cadena SER

Carmen Gaitán, comisaria de la muestra, en los estudios de Radio Valencia.

Carmen Gaitán, comisaria de la muestra, en los estudios de Radio Valencia. / Cadena SER

Las obras

La exposición, que ocupa las salas Acadèmia y Estudi General, se articula en cuatro secciones. El recorrido se inicia precisamente en la Acadèmia, donde pueden verse las tres primeras secciones que dirigen la atención hacia la formación de la artista y sus años de juventud, su actividad durante la República y el conflicto bélico español y, por último, el amplio abanico de lenguajes y medios artísticos en su exilio mexicano.

En la parte dedicada a los años de formación artística se ha recuperado diversa documentación sobre cómo empezó su formación en la Escuela de Bellas Artes de San Carlos y su probable paso por el taller de fotograbado de su tío Estanislao Vilaseca. También se recogen los primeros concursos que ganó y sus primeras obras en algunas publicaciones, como la portada para la revista Blanco y Negro, o sus primeros lienzos, como el cuadro Mis hermanitas Rosita y Fina (1929). Incluso, algunos trabajos de formación, que ven la luz por primera vez para la ciudadanía al recuperarse expresamente para esta exposición.

La segunda sección está dedicada a la República y a la guerra civil española y pone de relevancia el papel que tuvo la artista en este periodo, pese a tener ya un hijo pequeño y dar a luz a su segunda hija en pleno conflicto, en 1937. Manuela Ballester tuvo un papel muy activo y fue una persona muy concienciada sobre lo que las mujeres podían hacer dentro de la retaguardia y en favor del frente republicano. De hecho, Ballester fue fundadora y directora de la emblemática revista Pasionaria, creada en València, de la que se muestran varios ejemplares.

Este apartado también incluye material inédito, como el diseño del cartel Nuestra fuerza es también necesaria para la victoria (1938). Asimismo, incorpora un guiño a la colaboración entre el matrimonio de artistas: la realización de la portada y la contraportada para un número de la revista Ejército del Ebro, donde Renau realiza la cubierta y Manuela Ballester la parte posterior de la publicación.

La tercera sección, titulada Mis días en México, se dedica a los 20 años de exilio que Ballester estuvo en este país. Uno de los apartados con más obras: más de 60 piezas en pared y 70 en vitrina, aparte de vinilos y otros materiales. Es una etapa muy prolífica, porque reúne las obras desde junio de 1939, cuando el matrimonio Renau-Ballester llega al país americano, hasta agosto de 1959, año en que Manuela decide exiliarse a la RDA, donde ya se había marchado Renau un año antes.

Imágenes tomadas en la exposición que recuerda la figura de la artista valenciana Manuela Ballester.

Imágenes tomadas en la exposición que recuerda la figura de la artista valenciana Manuela Ballester. / La Nau

Imágenes tomadas en la exposición que recuerda la figura de la artista valenciana Manuela Ballester.

Imágenes tomadas en la exposición que recuerda la figura de la artista valenciana Manuela Ballester. / La Nau

Muchas de las obras de esta etapa son encargos para el taller de publicidad puesto en marcha por Renau, lo cual contribuyó a subsistir en la situación de crisis sobrevenida por el exilio. Fueron proyectos de diferente naturaleza en los que en ocasiones colaboró la familia y donde se enmarcan, por ejemplo, los carteles de cine o los trabajos para publicidad.

Por otro lado, en este apartado también se ve la labor de Ballester como ilustradora en numerosas publicaciones, entre las que destaca la dirección artística de la revista Mujeres Españolas, así como su presencia en el mundo de la indumentaria y su personal destreza como retratista: le gustaba representar a sus amistades y, muy especialmente, a su familia.

La exposición ha conseguido el hito de reunir por primera vez los retratos de sus cinco hijos realizados entre el verano y el otoño de 1949, algo muy complejo porque los cuadros de los cinco hermanos pertenecen a distintos coleccionistas. También aparece un retrato dibujado a carboncillo del rector de la Universitat de València, José Puche, exiliado a México y que Manuela Ballester retrato en 1945 porque era amigo de la familia.

Por último, la sala Estudi General recoge La RDA y otros viajes, unas 80 piezas en pared y aproximadamente 35 en vitrina para visualizar los 35 años –de 1959 a 1994- de la vida de Ballester. Y es que, aunque la artista vivió en Alemania, realizó muchos viajes, ya que se instaló en el país germano solo con sus dos hijos pequeños, pero tenía a su familia y amigos repartidos, entre La Habana, Barcelona, México y València, y viajó sin descanso para reunirse con sus hijas, hijos, hermanas y hermanos.

En esta sección se reúnen por primera vez cuatro paisajes nevados alemanes pertenecientes a distintas colecciones privadas. Hay una gran cantidad de dibujos de Berlín hechos a carboncillo y numerosos grabados de corte político realizados para publicaciones como España Republicana, pero también otros de temáticas más amables. Igualmente, en la última parte de esta sala, se incluye una gran cantidad de retratos -algunos también inéditos- y folletos de galerías valencianas donde Ballester expuso entre 1975 y comienzos de 1980, además de otras piezas.

Algunas de las obras que componen la mayor retrospectiva sobre Manuela Ballester.

Algunas de las obras que componen la mayor retrospectiva sobre Manuela Ballester. / La Nau

Algunas de las obras que componen la mayor retrospectiva sobre Manuela Ballester.

Algunas de las obras que componen la mayor retrospectiva sobre Manuela Ballester. / La Nau

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