Los baños d’Almirall: ¿árabes o cristianos?

València

Hoy nos hemos trasladado a un callejón estrecho, un poco escondido, situado detrás del conocido Palau de l’Almirall, actual sede de la Conselleria de Hacienda, para recordar que aquí se encuentra uno de los edificios históricos más singulares e interesantes de nuestra ciudad. Hablamos de los baños de l’Almirall.

Este pequeño edificio es fácilmente reconocible porque tiene en su fachada una puerta enmarcada por un arco de herradura polilobulado que imita una decoración con yeserías, que nos recuerda a la arquitectura árabe que conocemos de muchos otros edificios como por ejemplo la Alhambra de Granada.

Se ha escrito mucho sobre el origen de estos baños y durante mucho tiempo se consideró que eran de época islámica, construidos entre los siglos XII o XIII, y así lo publicaron diversos autores ya desde el siglo XIX. Algunos llegaron a identificarlos con los baños de Ab al-Malik, que aparecen mencionados en el LLibre del Repartiment. Pero esta identificación es falsa al igual que la que los relaciona con el Bany d’En Suau que aparece citado en la obra del Espill de Jaume Roig y cuyo versos dicen así: Sovint anava/de nit al nou/bany d’en Sanou en lo Palau. Ahora sabemos que dichos baños, según documentos de archivos, estaban situados en la entrada de la calle Bolsería y que nada tienen que ver con los que estamos tratando.

Con estos antecedentes, entre los años 1991 y 1993 se lleva a cabo la actuación arqueológica y el estudio documental en archivos como paso previo a la restauración del edificio por parte de la Conselleria de Hacienda, actual propietaria del edificio y que fueron decisivos para conocer el origen y la evolución de estos baños.

Después de estos estudios se ha constatado que la construcción del edificio data del 25 de junio de 1313, cuando el rey Jaume II concede a su consejero y doctor en leyes Pere de Vilarasa autorización para edificar un horno de pan cocer y un baño en la parroquia de Santo Tomás, en un atzucat o callejón sin salida que se llamaría Carreró del Bany. Posteriormente esta calle en la que nos encontramos se abriría, a finales del siglo XV, para desembocar en la actual calle del Miracle.

El baño de l’Almirall sigue el modelo de los hammâm de época islámica con la disposición de un vestíbulo en el que situaban las letrinas, seguido de tres salas (fría, templada y caliente), en las que se conservan varios arcos apoyados en columnas y que están cubiertas mediante bóvedas de medio cañón y una cúpula central con tragaluces en forma de estrella de ocho puntas que servían para que entrara la luz en las estancias. En la sala caliente hay una abertura en el muro que conectaba con el horno de leña, sobre el que se colocaba una caldera y permitía coger el agua que estaba a una temperatura elevada, mediante cubos para su uso. El aire caliente que se producía en la zona del horno circulaba bajo el pavimento a través de cámara de poca altura llamada hipocaustum, y después ascendía por el interior de los muros mediante tuberías cerámicas, lo que proporcionaba un ambiente cálido y con vapor como en una sauna. Después de pasar un tiempo en esta sala, los usuarios pasaban generalmente a la sala tibia, donde había bancos de madera para los masajes.

El baño del Almirante ha sido uno de los pocos edificios que ha mantenido el mismo uso ininterrumpidamente desde el siglo XIV hasta el año 1959 en que se cerró como tal, aunque en 1963 se abrió otra vez, esta vez como gimnasio, lo que provocó que se hicieran cambios importantes, especialmente en la zona del vestíbulo.

En 1985 la Generalitat Valenciana adquiere el edificio y en 1999 se acomete el proyecto de rehabilitación y musealización y será en el año 2005 cuando se reabre para su visita al público.

Texto: Pepa Pascual

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