La antigua estación del Grao (por César Guardeño)

València

en esta ocasión nos acercamos a la avenida Ingeniero Manuel Soto del barrio del Grao, a la antigua Estación del Grao, que lleva cerrada y sin servicio desde el año 2005, hace veinte años.

Pero a pesar de estar cerrada y abandonada desde hace tanto tiempo guarda mucha historia y, además, vamos a hablar de la estación ferroviaria más antigua que sigue en pie.

Nos referimos a esta como la estación de trenes más antigua que queda en pie en España. Pero ojo, no fue ni la primera estación, ni la primera línea ferroviaria que se construyó. En este punto hay que hacer varias matizaciones y hablar de la primera línea ferroviaria y de las primeras estaciones peninsulares y de fuera de la península.

Históricamente, el primer ferrocarril español se construyó para la mina de Arnao, en la Comarca de Avilés (Asturias), cuyos raíles fueron instalados entre los años 1820 y 1830. En este primer caso, la tracción era animal (mulas, caballos, etc.) y no mediante una máquina de vapor y llevaba el mineral que se extraía de la mina al embarcadero.

Y si hablamos ya de la primera línea de ferrocarril que transportaba pasajeros, tendríamos que irnos a una provincia española que se encontraba fuera de España. Concretamente, con la inauguración, el 19 de noviembre de 1837, de la línea entre La Habana-Bejucal-Güines, en la actual República de Cuba, cuando todavía era una provincia española.

Y a nivel península, la primera línea ferroviaria fue entre Barcelona y Mataró, inaugurada el 28 de octubre de 1848. La segunda fue la de Madrid-Aranjuez, inaugurada el 9 de febrero de 1851. Y la tercera ya la nuestra, el 21 de marzo de 1852. De todas las que he mencionado, la única que sigue en pie es la del Grao.

En un principio, las obras para llevar a cabo la estación fueron encargadas a don Próspero Volney, quien junto con capital inglés crea la Madrid and Valencia Railway Company con un capital de 240 millones de reales.

Y aunque los primeros planos fueron realizados por Juan Subercase, Inspector General del Cuerpo de Caminos, y por el ingeniero inglés Edward Mamby, finalmente el proyecto de esta estación fue redactado en 1851 por el ingeniero británico James Beatty, que ya se encontraba en nuestra ciudad desde al año 1846, y por el español Domingo.

En 1847, se disolvió la compañía Madrid and Valencia Railway Company y la concesión es comprada por el Marqués de Campo que mantuvo a James Beatty como ingeniero y a Domingo Cardenal como su ayudante.

Fue un proyecto muy ambicioso en el que intervinieron muchas personas. Por ejemplo, el principal contratista fue Rafael Sociats, encargado de las obras de desmontes, alcantarillas, puentes y edificios; las travesías de madera fueron contratadas con el barón de Cortes, Pascual Frigola y Sociedad Aurora; y la colocación de las vías fue encargada a Jonatan Edevin Billups.

La construcción se inició el 26 de febrero de 1851 para ser inaugurado el 21 de marzo de 1852 y finalmente, abierto al público el 21 de diciembre de 1854. El coste total de esta construcción fue de 513.573 reales vellón.

Circula una leyenda que cuenta que las primeras pruebas que se hicieron sobre la resistencia a las altas velocidades del tren, previas a la inauguración del domingo 21 de marzo de 1852, las hizo una locomotora que alcanzaba los 75 km/h y que hacía entrar en pánico a los pobres labradores que faenaban en las tierras próximas a las vías.

La realidad es esas las pruebas fueron realizadas sólo a 20 km/h, el 18 de marzo, por parte de dos locomotoras: “La Valenciana” y “La Setabense”, que hicieron varias veces el recorrido entre la Estación del Grao y la que estaba situada en la plaça de Sant Francesc, en el solar en el que se levantó el antiguo edificio de Telefónica. Estas locomotoras llevaban enganchados numerosos vagones, para ensayar y familiarizar al personal en lo que iba a ser el trayecto habitual a una velocidad que. la verdad, nunca se había visto hasta la fecha.

El arzobispo de Valencia, monseñor García Abella, bendijo solemnemente las dos locomotoras y las instalaciones.

Y una vez finalizado el correspondiente protocolo, la locomotora de vapor inglesa “La Valenciana”, que fue completamente engalanada, salió desde la ronda de la muralla, actual carrer de Xàtiva, donde se instalaron graderíos en la zona alta de la plaza de toros que se pagaron a cuatro reales el asiento y a beneficio para el Hospital General, para contemplar el paso de los trenes.

Tras rodear la plaza de toros, el ferrocarril emprendió una línea recta entre huertas, por lo que hoy es la avenida del Reino de Valencia, hacia el puente del Turia y al Grao, para recorrer los aproximadamente seis kilómetros que separaban la ciudad del puerto.

Y en el Grao estaba esperando una gran fiesta. Las crónicas periodísticas hablan de que había miles de personas que querían ver llegar los primeros trenes, mientras sonaban músicas militares y se disparaban cohetes. Pero lo cierto es que pocos vecinos dels Pobles del Mar pudieron hacer el viaje inaugural, ya los que habían venido desde Valencia se negaron a dejar libre su asiento.

Los invitados de honor a la inauguración fueron los duques de Montpensier, que estaban en València desde primeros de mes. Antonio María Felipe Luis de Orleans, el duque, y su esposa, la infanta María Luisa Fernanda, hermana de la reina Isabel II, presidieron los festejos, en los que se volcó la ciudad entera.

Esta estación, que ha cumplido ya 173 años, fue parte de un proyecto que uniría el Grao y nuestra ciudad con Xàtiva y que, a su vez, conectaría con la línea de Almansa-València-Tarragona (AVT) del Marqués de Campo, que terminó adquiriendo otra compañía llamada Compañía de los Caminos de Hierro del Norte de España. Pero esa ya es otra historia y nuestro recorrido ferroviario termina justo aquí, en esta misma estación.

Texto: César Guardeño

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