La València olvidada: "El gobernador viejo", por César Guardeño
En esta ocasión estamos en el barrio de la Xerea, y más concretamente, en la calle del Gobernador Viejo, que va desde la calle del Mar hasta la plaza del Temple

La València olvidada: El Gobernador Viejo
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València
La calle que hoy visitamos está dedicada a un noble valenciano que fue Gobernador General del Reino de Valencia, cargo de máxima confianza del rey Martín I, el Humano, y que ejercía como representante del monarca en el Reino, además de tener funciones de gobierno. Y vamos a contar su historia, porque fue asesinado el 21 de marzo de 1407 a escasos metros de donde nos encontramos.
Este noble valenciano al que debemos la calle en la que nos encontramos, se llamaba Ramón de Boïl i Dies, y era hijo de Pere Boïl i Castellar. Y hay que señalar que los Boïl son uno de esos linajes importantes del Reino, cuyo origen se remonta al siglo XII, que participaron muy activamente en la conquista de Valencia.
Ramón de Boïl, fue señor de las baronías de Bétera y de Boïl y antes de ser el Gobernador General del Reino de Valencia entre los años 1393 y 1407, había sido el Mayordomo Real de Juan I, hermano de Martín I.
Le tocó vivir tiempos difíciles y convulsos, especialmente en de les bandositats, que enfrentó en las calles de València a las diferentes facciones de las familias nobles más importantes por el control del poder municipal, por cuestiones de jurisdicción o por pura venganza personal. Las luchas más sangrientas fueron la de los Centelles y los Vilaragut, que sólo se calmaron tras el Compromiso de Caspe en 1412.
Como Gobernador General del Reino de Valencia se encargó de crear una armada en respuesta al saqueo de Torreblanca y atacar así a los corsarios berberiscos en la ciudad de Tedeliz, en el reino de Tremecén, en la actual Dellys (Argelia). Asedió y quemó la ciudad en represalia a ese saqueo en el que los piratas se llevaron un centenar de presos y la Sagrada Forma (el cuerpo de Cristo).
Esta lucha entre los diferentes bandos fue un tema difícil de controlar y de erradicar, incluso para el propio Sant Vicent Ferrer, que tiene un panel cerámico hecho por Jaume de Scals en el año 1955, situado en el muro exterior de la Catedral de València recayente a la plaça de l’Almoina, y en el que Sant Vicent intenta mediar entre los Centelles y los Vilaragut.
Y Ramón de Boïl fracasó en el intento de apaciguar estas hostilidades urbanas que no solo de afectaban a los linajes nobiliarios, sino también implicaban a sus correspondientes seguidores, secuaces y servidores.
Y este fracaso podría tener una explicación. Y es que los Boïl estaban estrechamente relacionados con uno de esos bandos nobiliarios, el de los Vilaragut, estableciendo incluso lazos y uniones mediante matrimonios familiares. Y por este motivo, la supuesta la imparcialidad de Ramón de Boïl estuvo siempre bajo sospecha, aumento un clima que ya era hostil per se.
La ciudad de València se convirtió en un auténtico campo de batalla durante su gobierno, y el propio Martín el Humano tuvo que venir a València para tomar cartas y medidas coercitivas en el problema. El rey consiguió una pequeña tregua que apenas duró unos meses.
El asesinado de Ramón de Boïl supuso un contratiempo para la reconciliación de los bandos hostiles y el fin de estas bandositats.
Su asesinato se produjo la tarde del 21 de marzo de 1407 y tras ello las autoridades municipales se reunieron urgentemente al día siguiente para tomar medidas. Se ofreció incluso una recompensa de mil florines de oro, una auténtica fortuna, para quien descubriera a los autores y con ellos fueran hechos prisioneros.
El asesino fue Johan de Pertusa, que era enemigo declarado del gobernador, afín a los Centelles, familia rival de los Vilaragut y que además había jurado públicamente que mataría al gobernador. Normalmente siempre se relaciona este asesinato por un tema pasional, pero parece claro que los motivos fueron otros.
La tarde del asesinato, Johan de Pertusa esperó a que Ramón de Boïl pasara por el lugar por el que habitualmente lo hacía para llegar a su casa, que estaba en esta misma calle de Gobernador Viejo. Cuando la víctima pasó frente a un retablo de los Santos Reyes llamado dels Santets, que en el siglo XV estaba en una de las casas de la actual plaza de San Vicente Ferrer, conocida anteriormente por la de la Congregación y popularmente llamada la plaza de los Patos, por su fuente, Pertusa lo abordó, saliendo de un portal, y lo mató de una estocada allí mismo.
Y a pesar de que Pertusa había proclamado su inocencia e incluso llego a presentar testigos de que esa noche estaba jugando a las cartas, fue arrestado y condenado a muerte por el asesinato. Según cuentan las crónicas, Martín el Humano “féu escapçar (decapitar) a en Johan de Pertusa e a en Gilabert de Rexach, per la mort del gobernador”.
La verdad es que los motivos que llevaron a este asesinato son complejos. De hecho, uno de los Boïl, Felipe (el hermano del Gobernador asesinado), no se fue de rositas, probablemente porque fue uno de los incitadores de la fatal refriega. El propio monarca «féu talar lo puny a en Felip Boyll en la rambla de Valencia». Esta rambla era conocida como la de Predicadores y actualmente es la plaza de Santo Domingo, donde se encuentra el antiguo Convento de Santo Domingo o de Predicadores, hoy Capitanía General, lugar en el que se encuentra el sepulcro de Ramón de Boïl, Gobernador Viejo.
El sepulcro de los Boïl está en el aula capitular, en el muro, en el interior de un arcosolio. Fue restaurado a principios de 2023. Se trata de un sepulcro gótico, de mediados del siglo XV, que conserva restos de policromía. Y allí reposan los restos de Ramón de Boïl, segundo señor de Bétera y conocido como Gobernador Viejo, que está enterrado en la parte inferior, y de su hijo, Ramón de Boïl Montagut, III Señor de Bétera y virrey de Nápoles en el reinado de Alfonso V, el Magnánimo, fallecido en el año 1458, cuyos restos se encuentran alojados en la parte superior.
Como curiosidad y para aquellos que se acerquen a ver el sepulcro, aparece una curiosa escena que se celebraba en la Corona de Aragón, el córrer les armes. Un duelo ritual, de origen romano, que acompañaba al traslado del cadáver, y en el que un jinete a lomos de un caballo enjaezado, engalanado, arrastraba los escudos con los emblemas del fallecido, en este caso los del difunto Gobernador Viejo, asesinado por Johan de Pertusa el 21 de marzo de 1407.
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Quique Lencina
Filólogo de formación y locutor de profesión, actualmente forma parte del equipo digital de Radio Valencia...




