40 años de la plaza de Monseñor Óscar Arnulfo Romero en San Marcelino
Hace 40 años, en julio de 1985 el Ayuntamiento aprobó rotular una plaza del barrio de San Marcelino con el nombre de monseñor Óscar Arnulfo Romero, el arzobispo de El Salvador que fue asesinado por defender los derechos humanos en su país
Callejeando con Luis Fernández (14/07/2025)
Valencia
A finales de los años 70 del siglo pasado, el país centroamericano de El Salvador se encontraba sumido en una grave crisis social y política que desencadenó un conflicto desigual entre el pueblo eminentemente rural y los dirigentes conservadores que habían llegado al poder tras un golpe de estado. Ante la incesante violencia política reaccionaria y represiva del ejercito contra dirigentes campesinos y sindicales e incluso estudiantes y maestros, se alzó la voz de Óscar Arnulfo Romero, arzobispo de San Salvador, uno de los personajes que con más vehemencia criticó la vulneración de los derechos humanos a lo largo de aquellos años en El Salvador.
Encuadrado dentro del conocido como catolicismo progresista, desde su púlpito Romero no cesó de denunciar en sus homilías dominicales las numerosas violaciones de los derechos humanos y de manifestar públicamente su solidaridad hacia las víctimas de violencia política, circunstancia que fue reconocida y valorada internacionalmente siendo nombrado Doctor Honoris Causa en las universidades de Georgetown (EEUU) y Lovaina (Bélgica) y nominado en 1979 al Premio Nobel de la Paz a propuesta del Parlamento del Reino Unido, distinción que finalmente le fue concedida a Teresa de Calcuta.
Comprometido junto a los campesinos en la lucha por sus derechos, la figura de monseñor Óscar Arnulfo empezó a ser incómoda para el gobierno salvadoreño y en 1980 fue asesinado durante la celebración de una eucaristía en la capilla del hospital de San Salvador a manos de los conocidos como escuadrones de la muerte, grupos paramilitares de extrema derecha compuestos por militares y policías sin uniforme que ejecutaban acciones en contra de opositores al gobierno.
El homicidio de Romero conmocionó no solo a la sociedad salvadoreña, sino al mundo en general, y su muerte supuso el comienzo simbólico de la guerra civil en El Salvador, una cruenta contienda en la que perdieron la vida más de 75.000 personas y otras 15.000 desaparecieron. El conflicto puso en relieve, televisado en vivo y en directo para todo el mundo, las continuas violaciones de los derechos humanos que se llevaron a cabo en el pequeño país centroamericano durante más de una década en el contexto de la Guerra Fría con los dos bloques, soviético y estadounidense, perfectamente alineados.
En julio de 1985, hace ahora 40 años, cuando la guerra civil salvadoreña estaba en el cénit del terror, un grupo de voluntarios valencianos vinculados a la ONG Centro
de Documentación y Solidaridad con América Latina y África, presidida por el librero y activista cultural Paco Camarasa, solicitó al Ayuntamiento de Valencia que una plaza del barrio de San Marcelino fuese rotulada con el nombre de Monseñor Óscar Arnulfo Romero. La petición fue aceptada, y la propia ONG junto a la asociación de vecinos de San Marcelino colocó al lado del rótulo un panel cerámico conmemorativo que todavía se conserva y que reza: “En homenatge a Mons. Oscar A. Romero i tots els que lluiten per la Justicia, la Pau i la Llibertat a El Salvador”.
Por fin, en 1992, doce años después del inicio de la guerra, se firmó un acuerdo de paz entre el gobierno y el Frente de Liberación Nacional, un gesto que supuso para El Salvador un proceso de democratización y de recuperación económica basado en el diálogo, tal y como preconizó Romero, y su figura continuó siendo, más si cabe, un símbolo de justicia y de compromiso social para el pueblo salvadoreño. Monseñor Óscar Arnulfo Romero fue canonizado en 2018 por el papa Francisco y desde entonces en la iglesia católica se le venera como San Romero de América, el primer santo nativo de Centroamérica y el primer arzobispo mártir de América.
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Luis Fernández Gimeno
Ingeniero Técnico en Topografía y Máster en Teledetección...Ingeniero Técnico en Topografía y Máster en Teledetección por la Universidad Politécnica de Valencia. Divulgador especializado en toponimia y cultura popular, es autor de libros como 'Toponimia i Memòria Urbana' (Ayuntamiento de València, 2023) y 'Las calles y su historia' (Drassana, 2017). Conduce los espacios 'SER Falleros' y 'Callejeando'.