La calle del paleontólogo Vilanova y Piera en Nazaret
La calle del eminente paleontólogo valenciano Juan Vilanova y Piera resiste a pesar de la dejadez y la degradación crónica que sufre el barrio de Nazaret

En la sección de Callejeando hablamos de la calle del paleontólogo Vilanova y Piera en Nazaret
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València
Si hay un barrio en Valencia que ostente el triste honor de ser el más castigado por los nefastos planes de desarrollo urbanístico planeados desde mediados del siglo XX hasta hoy ese es Nazaret. De las idílicas playas que eran imagen de postal de la ciudad a ser el vertedero industrial de un puerto pasaron apenas unas décadas. Por arte de birlibirloque, los merenderos a pie de playa, Benimar y el balneario de Marazul dejaron sitio primero a las contaminantes fábricas de aceites y plásticos para sucumbir más tarde a la implacable ampliación del puerto. Desde entonces son todo promesas que nunca llegan. Los planes para el parque de desembocadura que dignifique el pestilente y vergonzante último tramo del río y que incluya los solares de la antigua Benimar —donde en teoría debería construirse la ciudad deportiva del Levante UD— o la restauración de la antigua estación del trenet, que tiene la calificación de Bien de Relevancia Local pero cada día que pasa está en peores condiciones.
Pese a todo y gracias a la resiliencia de los vecinos, Nazaret es un barrio vivo, atractivo y que todavía conserva el aroma de barrio popular y marinero, que también atesora interesantes ejemplos de arquitectura residencial, como las modestas viviendas modernistas o el grupo de viviendas Stella Maris construido entre 1958 y 1960 para dar habitación a trabajadores de los astilleros. Un proyecto funcional y económico obra de los arquitectos Cayetano Borso di Carminati y Rafael Contel adaptado al contexto industrial y residencial de su época y considerado un buen ejemplo de la “arquitectura del realismo” de finales de los años 50 en España.
En 1948 se produjo la reforma del nomenclátor del poblado de Nazaret, que todavía tenía calles sin nombre o con nombres duplicados con otros barrios de la ciudad. Así, a la calle de nueva apertura situada entre las calles Mayor y Baja de Nazaret, donde se había proyectado el nuevo bloque de viviendas Stella Maris, el cronista Salvador Carreres decidió que llevase el nombre de Juan Vilanova y Piera (1821–1893), un destacado geólogo y paleontólogo español, considerado uno de los pioneros de la paleontología moderna en España y una figura clave en la introducción de las teorías científicas contemporáneas en el ámbito académico español del siglo XIX.
Nació en Valencia el 25 de mayo de 1821. Se formó inicialmente en Ciencias Naturales y Medicina en la Universidad de Valencia, aunque su verdadera vocación fue la geología y la paleontología, campos en los que se especializó tras completar estudios en París y otras ciudades europeas, donde entró en contacto con los principales naturalistas y geólogos del momento.
En 1850 obtuvo la cátedra de Historia Natural en la Universidad de Oviedo, y posteriormente la de Geología y Paleontología en la Universidad Central de Madrid, donde desarrolló una intensa labor docente y científica. Fue autor de una de las primeras obras sistemáticas sobre geología y paleontología publicadas en España: Compendio de geología y nociones elementales de paleontología (1859), texto de referencia durante décadas en la enseñanza universitaria.
Vilanova y Piera participó activamente en la creación de instituciones científicas. Fue miembro fundador de la Real Sociedad Española de Historia Natural y colaborador del Museo de Ciencias Naturales de Madrid. Realizó importantes estudios de campo en diversas regiones de España, especialmente en el País Vasco, Valencia y Cataluña, donde describió numerosos yacimientos fósiles. Su trabajo contribuyó decisivamente a establecer la estratigrafía del territorio español.
Además, destacó por su interés en la prehistoria. Fue uno de los primeros en defender la autenticidad de los hallazgos prehistóricos de la Cueva de Altamira, cuando muchos científicos europeos los consideraban falsificaciones, lo que demuestra su mentalidad abierta y su rigor científico.
A lo largo de su carrera publicó numerosos artículos en revistas científicas nacionales e internacionales, y mantuvo correspondencia con figuras como Charles Lyell o Louis Agassiz. Su labor ayudó a consolidar la paleontología como disciplina científica en España.
Juan Vilanova y Piera falleció en Madrid el 25 de noviembre de 1893. Su legado perdura como el de un investigador que supo combinar el trabajo de campo, la enseñanza y la divulgación, situando a la ciencia española en el panorama internacional de su tiempo.
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