La Diana Enamorada y la fuente de la plaza de la Virgen (por Rafa Solaz)

València

Todo está relacionado con el poeta valenciano Gaspar Gil y Polo, que escribió en el siglo XVIII la continuación de la obra La Diana Enamorada del poeta Jorge de Montemayor escrita en el siglo XVI. Gil y Polo, derivó hacia la terreta y añadió a la edición unas notas al Canto del río Turia. El nuevo libro fue impreso en Madrid, en 1778. Pero lo importante en el caso que nos ocupa es que, en dicha obra, acompañó un grabado dibujado por Antonio Carnicero y estampado en cobre por José Joaquín Fabregat.

El grabado representaba de forma idílica una gran figura de un anciano con barba, semidesnudo, que se hallaba sentado en un vergel rodeado de unas mujeres que le escuchaban. Junto al anciano se hallaba una especie de tinaja por la que salía agua a raudales esparciéndose por el lugar. También se hallaban corderos que pacían tranquilamente.

Pues bien, el significado de este grabado estaba claro. El anciano representaba al río Turia y las féminas eran las acequias que regaba, una imagen muy acertada por la inclusión en el libro del apartado El Canto del Turia.

Pero resolvamos ya el enigma. Vamos a la fuente. La historia es que el Ajuntament de València encargó este conjunto monumental al escultor Manuel Silvestre Montesinos, más conocido artísticamente como Silvestre de Edeta. Este artista presentó un boceto a las autoridades municipales inspirado en el grabado de La Diana Enamorada y esculpió esta fuente con un buen resultado imaginativo. Ahora contemplamos la figura que representa el Turia y ocho figuras de jóvenes desnudas que, a su vez, representan las ocho acequias que riegan la huerta de València. La fuente con su conjunto escultórico, de bronce, fue inaugurada en 1976 y es conocida como la Fuente del Turia o Fuente de las Acequias, aunque creo que también podía denominarse la Fuente del Canto al Turia o la Fuente de la Diana Enamorada, lanzó este título a quien corresponda.

Llegados a este punto y en esta “Valencia Olvidada” quisiera destacar al citado artista Silvestre de Edeta, al que tuve el placer de conocer y compartir conversaciones sobre temas artísticos, el escultor que, recordemos, nació en Llíria, el 31 de agosto de 1909. La ciudad de València reconoció su gran labor artística nombrándolo Hijo Adoptivo en 2009, además también el Ajuntament de València le concedió el Premio Senyera en el año 1963, a este creador, del que dicen que sus diseños están cercanos al impresionismo francés y a las primeras etapas del cubismo. Su escultura, por otra parte, presenta muchas similitudes con el arte del Renacimiento. Fue un gran venerador del cuerpo femenino. Tenía especial predilección por la tersura, inocencia y virginidad de la mujer joven, -sus figuras femeninas de la fuente son un ejemplo-, y también por la figura de la madre y por las escenas cotidianas, con el campesino agricultor como protagonista. El escultor mantendría su actividad constante hasta prácticamente el día de su fallecimiento, que ocurrió en València un 17 de julio de 2014, cuando contaba con 104 años de edad.

Aquí nos quedamos, en esta histórica plaza de la Virgen repleta de turistas, frente a la Basílica, la Catedral con su puerta gótica, la Casa Vestuario, el Micalet al fondo, aquí permanecemos junto a la fuente, escuchando el rumor del agua que recuerda al desaparecido río Turia y sus acequias, un conjunto escultórico que representa todo un homenaje al regadío de la huerta valenciana.

Texto: Rafa Solaz

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