La València Olvidada: el sorteo de Navidad y el 'calvo' de la lotería (por César Guardeño)

València

El "día de la salud", como dicen los que no ganan. El día del Sorteo Extraordinario de Navidad. Todos tenemos en la cabeza la imagen de los niños de San Ildefonso, el Teatro Real de Madrid, los bombos girando...

Pero, ¿y si os dijera que Madrid no siempre ha sido el epicentro de esta magia? ¿Y si os dijera que València fue, en un momento crítico de nuestra historia, la capital de la suerte?

València tiene un protagonismo insólito en la historia de la Lotería, tanto en su cara más dramática en 1936, como en su cara más mágica, televisiva y cinematográfica en 2005.

Y para contar esta historia nos tenemos en 1936. España está en guerra. ¿Cómo es posible entonces que se celebrara el sorteo del Gordo en mitad de un conflicto bélico?

Es fascinante porque demuestra que, incluso en el caos, la tradición intenta sobrevivir. En noviembre de 1936, el Gobierno de la República se ve obligado a abandonar Madrid ante el asedio de las tropas franquistas. ¿Y a dónde se trasladan? A València, que se convierte en la capital de la Segunda República.

Y con el Gobierno, se trasladan los ministerios y las instituciones. Y entre esas instituciones estaba la Dirección General de Timbre y Monopolios, que era el organismo encargado de la Lotería. Se instalaron en un edificio muy céntrico. Concretamente en la calle de Troya, número 8, a un almacén de maderas cerca de la calle de San Vicente que era propiedad del Sr. Nebot y que fue cedido por él mismo.

Imaginemos la escena. Es el 22 de diciembre de 1936. No hay Teatro Real, no hay grandes galas. Estamos en el salón de actos de ese edificio de la calle Troya. El ambiente no es festivo; es tenso, solemne y profundamente político.

Podríamos decir que fue el sorteo de la "España dividida". De hecho, en 1936 hubo dos Gordos de Navidad. El bando sublevado celebró su propio sorteo en Burgos. Y el Gordo "oficial", el legítimo en ese momento, fue el que se celebró aquí València, en la calle Troya.

También fue diferente porque hubo un cambio de protagonistas debido a la Guerra Civil. Así que ese año, como los tradicionales niños de San Ildefonso no pudieron desplazarse desde Madrid, fueron sustituidos por los alumnos del Colegio Imperial de Niños Huérfanos de San Vicente Ferrer, que tenían su colegio en la actual calle Pérez Bayer (plaça de Xiquets de Sant Vicent). Un colegio que fue rebautizado por las autoridades republicanas como el Colegio Ferrer Guardia.

Las crónicas de la época cuentan que los niños de este colegio de San Vicente acudieron vestidos con pantalones bombachos, calcetines altos y jerséis de lana.

Y ese año, además, las bolas no giraban solo por ilusión, giraban para recaudar fondos para la resistencia.

¿Qué número es el que tocó en el sorteo que se celebró calle Troya? Pues fue el 5.287.

Pero aquí viene la anécdota triste: ese número se había vendido casi íntegramente en Madrid. Por eso, cobrarlo era una odisea. Si tenías el décimo premiado, pero estabas en zona sublevada, ese papel no valía nada. Y viceversa.

La verdad es que fue un sorteo muy austero. No había trajes de gala. Había milicianos, funcionarios y mucha incertidumbre. La Lotería pasó de ser un sueño de riqueza a ser un instrumento de supervivencia del Estado.

Y un detalle más: el premio fue de 15 millones de pesetas por serie. Una fortuna descomunal para la época, aunque con la inflación durante la guerra, el dinero cada día valía menos.

Dejamos esa València gris y de guerra de 1936 y nos vamos a una València mucho más moderna, brillante y... cinematográfica. Vamos al año 2005: el año del anuncio. Cuéntanos qué relación tiene el famoso "Calvo de la Navidad" con València.

Todos recordamos a Clive Arrindell, el actor británico que encarnó al "calvo de la Lotería" desde 1998 y que falleció en julio de 2024. Una noticia que pasó, además, completamente desapercibida.

Él era el espíritu de la Navidad: no hablaba, solo soplaba la suerte y tenía esa mirada profunda. Y muchos recordarán el lema: "Que la suerte te acompañe".

Y en este año 2005, Loterías y Apuestas del Estado decidió rodar su anuncio íntegramente en València. Y este dato es clave: fue el último año que apareció "el calvo". Podemos decir que se jubiló aquí.

El rodaje fue espectacular. Convirtieron la Estació del Nord y la plaza del Ayuntamiento en un cuento de invierno. Usaron nieve artificial, muchísima iluminación cálida y esa atmósfera de ensueño.

El anuncio empieza en blanco y negro, con el protagonista en la plaza del Ayuntamiento y con el edificio al fondo. Y en esa plaza se ve un tiovivo, gente alegre jugando con los niños y comprando lotería y coches de los años 50, mientras nieva en la ciudad. Y de pronto las imágenes se vuelven de color, hay ruidos de ambulancia, cláxones de coches y tristeza… que se torna alegría en la Estació del Nord, entre los mosaicos de cerámica y las taquillas de madera antiguas, donde el personaje reparte esa magia silenciosa.

Fue un rodaje complicado porque había que controlar a los curiosos, cortar el tráfico en pleno centro... pero el resultado visual fue uno de los anuncios más bonitos de la saga.

Además, todos recordamos la mítica melodía que acompaña al anuncio y que se llama "Interior Student Cafe". Un tema que forma parte de la banda sonora de la película "Doctor Zhivago" (1965), compuesta por Maurice Jarre.

¿Y por qué fue el último? ¿Por qué "mataron" al personaje después de rodar en València?

En realidad fue una decisión de marketing. Creían que el personaje de Clive Arrindell se había comido a la marca. La gente decía "ahí viene el calvo", pero no se fijaban tanto en el mensaje nuevo cada año. Querían renovarse. Así que València sirvió de telón de fondo para el adiós del icono publicitario más famoso de la Navidad en España.

Y fijaos en el paralelismo: En 1936, en la calle Troya, la Lotería buscaba refugio y supervivencia en València. En 2005, en la plaza del Ayuntamiento, la Lotería buscaba belleza y despedía una era dorada de la publicidad. València siempre ha estado ahí, en los momentos clave del "Gordo".

Ya sabéis, si pasáis por la calle Troya... tocad la pared del edificio, ¡a ver si se nos pega algo de la suerte histórica para este año! "Que la suerte os acompañe", a todos. ¡Feliz Navidad!

Texto: César Guardeño

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