Lissavetzky paralizará la venta de pisos de la EMVS a la empresa privada
El candidato socialista a la alcaldía de Madrid ha visitado un bloque de vivienda de alquiler público que ya ha sido subastado a la empresa Lazora
Los vecinos de la calle Berrocales, 54, en San Cristóbal de los Ángeles (Villaverde), aseguran que el Ayuntamiento les lleva engañando siete años. Sus viviendas de alquiler público tenían un contrato de diez años de duración, a partir de los cuales, según les dijeron, tendrían la opción de compra preferente. Ahora, cuando se cumplan esos diez años, ya no tendrán que hablar con el consistorio, sino con la empresa Lazora, que ha conseguido la subasta de estas viviendas.
Para el candidato socialista a la alcadía, Jaime Lissavetzky, es un ejemplo más de la política privatizadora del Partido Popular. Lissavetzky ha elegido estas viviendas, que ha visitado este lunes, para anunciar su compromiso: si es alcalde y fuera técnicamente posible, paralizaría esa venta a la empresa privada. Una venta que se hará efectiva el 25 de mayo, tres días después de la elecciones. Si finalmente no pudiera dar marcha atrás, Lissavetzky se compromete a buscar alternativas para solventar lo que considera un fraude.
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"Engaño publicitario"
Según Lissavetzky, los vecinos de la EMVS han sufrido un "engaño publicitario", ya que en la página web del Ayuntamiento se les prometió una cosa y la realidad ha mostrado la contraria. Por ejemplo, en lo relacionado a la cuantía de sus alquileres: "se anunciaron entre 278 y 460 euros mensuales; a la entrega de las llaves, esos alquileres pasaron a ser de 450 y 690 euros mensuales, casi el doble".
Además del engaño y de la venta de sus pisos, los vecinos aseguran que la empresa municipal no ha realizado labores de mantenimiento, y ahora sus casas se caen a cachos. A muchos no les atendieron cuando reclamaron, algunos platos de ducha son defectuosos o muy pequeños, varios vecinos tienen puertas que no cierran bien...
Garaje inundado
Lo peor, sin embargo, es el agua: las graves deficiencias en la estructura han creado a lo largo de los años goteras, desconchones y averías (por ejemplo en el sistema antiincendios, anulado en algunas zonas del garaje), que han causado daños en vehículos y viviendas. Todos los arreglos, según los vecinos, se los han tenido que costear ellos.
Unas deficiencias y un abandono nada propios, según los vecinos, de una empresa municipal pública.