Detenida una mujer que utilizaba un niño para robar tarjetas de crédito
La detenida, una mujer de 22 años, utilizaba a un niño de cinco años para distraer a la víctima cuando sacaba dinero de un cajero, momento en el que aprovechaba para dar el 'cambiazo' a la tarjeta auténtica por una falsa
La Policía Nacional calcula que la detenida podría haber defraudado más de 22.000 euros cargándolo en las cuentas corrientes de las víctimas
La investigación se inició el pasado mes de mayo a partir de las denuncias presentadas por varios usuarios de cajeros de entidades bancarias. En sus declaraciones afirmaban haber sufrido numerosos cargos fraudulentos en sus cuentas corrientes, presumiblemente por la utilización indebida de una tarjeta de débito o crédito a su nombre.
Siempre actuaba en el mismo cajero
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En poco tiempo los agentes encargados de la investigación detectaron que todos los casos llevaban al mismo cajero, uno ubicado en el Paseo de la Florida. A medida que avanzaban las indagaciones, los investigadores lograron elaborar un perfil del presunto autor de estos hechos.
Según las denuncias de los víctimas, una mujer de unos 30 años y de aproximadamente 160 centímetros de estatura, les había distraído cuando se encontraban extrayendo dinero de una cajero automático y, supuestamente, había sido en ese momento cuando les había despojado de su tarjeta.
'Modus Operandi'
Generalmente, elegía a sus víctimas entre personas de edad avanzada. Seguidamente, un niño de unos cinco años compinchado con la mujer, se acercaba a la víctima y le golpeaba levemente en las piernas para llamar su atención y así lograr distraerla. En ese momento, la autora de los hechos aprovechaba la distracción para cambiar la tarjeta bancaria introducida en la ranura por otra idéntica del mismo banco y abandonaba rápidamente el lugar sin levantar ninguna sospecha.
En otras ocasiones, la mujer arrojaba un billete al suelo, generalmente de 20 euros y, de forma sorpresiva, llamaba la atención de la víctima, instante en el que procedía a intercambiar la tarjeta auténtica por la falsa.
Las víctimas no se percataban de la maniobra de sustracción hasta que las propias entidades bancarias les alertaban de la defraudación económica que estaban sufriendo, así como del cambio de su tarjeta electrónica.