El futuro penitenciario de Valentín Tejero y Pedro Luis Gallego, pendiente de la decisión de Estrasburgo

La situación penitenciaria de Valentín Tejero, el asesino y violador de la niña Olga Sangrador, y de Pedro Luis Gallego, el «violador del ascensor» podría experimentar un cambio drástico una vez sea conocida la sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgos sobre la aplicación de la «doctrina Parot» que, en esencia, consiste en que las redenciones de la pena por beneficios penitenciarios como el trabajo no debían descontarse del tiempo máximo de estancia en prisión, que el Código Penal de 1973 fijaba en 30 años, sino a cada una de las condenas individualmente. El propio Gobierno teme que la decisión de Estrasburgo conlleve la puesta en libertad, e incluso el posible pago de indemnizaciones a estos criminales. En el caso de Valladolid, dos son los nombres que preocupan. Por un lado, el de Valentín Tejero a quien el Supremo ratificó en marzo la decisión de la Audiencia de Valladolid de mantenerle en prisión hasta 2025. Tejero fue condenado a cincuenta años de cárcel por el asesinato, rapto y violación de la menor de 9 años Olga Sangrador en 1992 en Villalón de Campos. En su sentencia, la Sala de lo Penal del TS consideraba de aplicación en este caso la «doctrina Parot». Tejero cumple condena en la cárcel de Herrera de la Mancha (Ciudad Real). Sobre la situación concreta de Tejero, el presidente de la Audiencia Provincial de Valladolid, Feliciano Trebolle, aseguraba el pasado mes de marzo que la decisión del tribunal del que es responsable y que fue ratificada por el Supremo, no estaba basada estrictamente en la «doctrina Parot» aunque apuntó que el abogado de Tejero podría solicitar su puesta en libertad. En cualquier caso, prefirió ser prudente y aclaró que hasta que no se conociera con detalle el texto de la sentencia era preferible no hacer un análisis detallado del caso. Pedro Luis Gallego, el «violador del ascensor» fue condenado a un total de 273 años, 2 meses y 16 díasd e cárcel por 18 violaciones y agresiones sexuales así como por los asesinatos de las jóvenes Marta Obregón (1993) y Leticia Lebrato (1992). Cometió su primera agresión en 1976 y lleva cumpliendo condena desde junio de 1979, hace más de veinte años.