Macroperación contra locales "con final feliz"
Mossos, Guardia Urbana e Inspección de Trabajo registran una cuarentena de centros de sauna y masaje y también peluquerías de Barcelona que actuarían como prostíbulos encubiertos
Macroperación de Mossos, Guardia Urbana e Inspección de Trabajo contra una cuarentena de locales en Barcelona, la mayoría en el Eixample, que podrían estar actuando como prostíbulos encubiertos. Según ha podido saber La SER, se trata de establecimientos conocidos popularmente como locales "con final feliz", centros de masaje y sauna o peluquerías, que en realidad ofrecerían servicios de un burdel.
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Los agentes intentan averiguar si en estos locales, regentados en la mayoría de casos por chinos, podría haber chicas explotadas sexualmente. La inspección de Trabajo revisa las condiciones laborales de los trabajadores, si tienen los papeles en regla, y la Guardia Urbana comprueba si tienen la licencia de actividad correcta.
Según ha avanzado la SER, los registros han comenzado pocos minutos después de las seis de la tarde de este martes. Mossos, Guardia Urbana e Inspección de Trabajo están registrando una cuarentena de locales, la mitad de ellos en el Eixample, aunque el el operativo también se desarrolla en ocho distritos más de la capital catalana.
Uno de los locales que se está registrando es la "Estrella de Barcelona", situado en la Ronda de San Pedro, o "Diosas Orientales", en la calle Trafalgar. Cuando la policía entró a los locales estaban en plena actividad. De hecho, algunos de los clientes han salido rápidamente los centros.
En declaraciones a los micrófonos de la SER, uno de esos hombres, Daniel, que es suizo y se encontraba en el local cuando llegaron los agentes, reconocía que "en este tipo de establecimientos, en general, sí que ofrece el conocido como "final feliz", es decir, la posibilidad de relaciones sexuales "pagando más dinero" y "después de media hora de masaje" aunque no sabía si era el caso del centro inspeccionado.
Según explicaba, "al final del masaje", que cuesta unos 27 euros, algunas chicas preguntan: "¿masaje aquí también?" señalando la zona de los genitales. Este cliente dice que cuando la policía entró, la chica ha parado el masaje, le ha dicho "que venía la policía", ha salido de la sala "y no ha vuelto". Asegura que los agentes le han preguntado a él si la masajista le había propuesto servicios sexuales y que él ha dicho que "no".
También dice que las chicas les preguntaban "si los habían forzado a hacer este trabajo", "si habían tenido que pagar para venir a España", aunque él considera que ante sus jefes estas mujeres " no dirán la verdad". Este no es el primer operativo policial contra este tipo de locales que se hace en la capital catalana.