Noventa minutos que definen la temporada

Valencia

La delgada línea roja... ésa que separa el éxito del fracaso. Toda una temporada, diez meses de competición, para definir el todo o la nada en sólo noventa minutos. El Valencia llega a la última cita liguera con una abanico clasificatorio que abarca tres variantes. Puede terminar tercero, cuarto o quinto. Las combinaciones son muy sencillas. Para terminar tercero, el Valencia está obligado a ganar en Almería y que el Atlético de Madrid pierda su partido en Granada. Para caer a la quinta posición, el Sevilla tendría que ganar en Málaga y el Valencia no hacerlo en Almería. Cualquier otra combinación de resultados dejaría al equipo blanquinegro en la cuarta plaza que ahora mismo ocupa. La ambición es máxima. El vestuario che está convencido de sacar adelante su compromiso y confía en un tropiezo del Atlético de Madrid. 

Así pues, la delgada línea roja divide tres posibilidades que establecen el éxito absoluto, el éxito moderado o el fracaso. Ser tercero sería cumplir con creces el objetivo que se marcó el club a principio de temporada, la clasificación directa para la jugar la próxima edición de la Champions League. Ser cuarto también satisfaría ese objetivo, aunque quedaría incompleto, porque el Valencia tendría que disputar una eliminatoria previa a finales de agosto para certificar esa presencia en la máxima competición europea. Ser quinto supondría la decepción y el fracaso; sería no tener opción de disputar la Champions con el varapalo deportivo y económico que eso supondría, sería conformarse con jugar la Europa League. Al respecto de fracaso o no si se diera esa posibilidad se han pronunciado algunos integrantes del vestuario. Diego Alves y Paco Alcácer han coincidido en que sí lo sería. Por contra, Nuno Espirito Santo saca pecho por lo realizado este ejercicio cuando se le cuestiona por la posibilidad de no conseguir el objetivo final.

Esta situación no es nueva para el Valencia. No es la primera vez en la que el equipo se juega su presencia en la Liga de Campeones en la última jornada del campeonato. Eso sí, las dos últimas en las que se jugó el pase lejos de casa, los resultados no fueron buenos. En el recuerdo de los valencianistas seguro que permanecen ambos episodios. El más reciente se produjo en la campaña 2012-13, en la que se enfrentó al Sevilla en el Sánchez Pizjuán, donde cayó derrotado por 4-3, con cuatro goles del ahora valencianista Álvaro Negredo. Ese resultado provocó que el Valencia perdiera la cuarta plaza en favor de la Real Sociedad, lo que le privó de jugar la Champions League. La situación era por tanto idéntica a la actual, en la que el Valencia defiende la cuarta plaza ante un Sevilla al que distancia en un solo punto. El anterior precedente hay que buscarlo muchos años atrás, pero también fue tremendamente cruel. Fue en la temporada 2000-01, el de la chilena de Rivaldo en la última jugada del partido, que derrotó al Valencia y permitió al Barcelona arrebatarle la cuarta plaza que daba opción a jugar la Liga de Campeones. El Barça estaba obligado a ganar en el Camp Nou al Valencia para lograr igualarle a puntos en la clasificación, ya que el cómputo particular era favorable al conjunto catalán, por lo que el triunfo por 3-2 desplazó al Valencia a la quinta posición.

Pero eso es otra historia, la actual enfrenta al Valencia a un equipo que se apura en esta última jornada sus escasas opciones de permanencia. El Almería, por lo menos, ha conseguido que la resolución del TAS al respecto de la sanción de pérdida de tres puntos en la clasificación se posponga hasta la semana que viene. Si el tribunal de arbitraje deportivo hubiera resuelto en su contra y le hubiera quitado esos tres puntos, el conjunto andaluz ya estaría matemáticamente descendido y afrontaría el partido contra el Valencia sin ninguna motivación. No obstante, en la situación actual no depende de sí mismo para salvarse y necesita una victoria y esperar dos tropiezos de sus rivales directos para lograrlo. Sergi Barjuan, el técnico almeriense ha tratado de concienciar a sus jugadores de que la machada es posible.

El Almería afronta el partido con problemas gordos en defensa. Sólo tiene a un central disponible, el argentino Mauro dos Santos, puesto que Fran Vélez y Ximo Navarro están lesionados y Trujillo sancionado. Sergi Barjuan tiene la opción de reubicar a un lateral como Dubarbier o Michel Macedo en el centro de la defensa o tirar del filial alineando al canterano Antonio Marín. Del centro del campo hacia arriba tiene a todos sus hombres disponibles, algunos peligrosos por su calidad como Jonathan Zongo, Edgar Méndez, Espinosa, Welington Silva o Thievy.

El Valencia, por su parte, afronta la última cita de la temporada con dos bajas. Una por sanción, la de Rodrigo, que cumplirá el último de sus tres partidos de sanción y la otra por lesión, la de André Gomes, recientemente operado de una rotura miotendinosa en el cuádriceps que le obligará a estar entre tres y cuatro meses de baja, motivo por el cual es el único jugador de la plantilla que no se desplaza a Almería. En cuanto al posible once, Nuno ha ensayado diversas alternativas durante la semana. Un día probó con Negredo y Alcácer juntos en punta, lo que significaría un cambio de sistema para pasar del 4-3-3 habitual a un 4-4-2, aunque en la sesión siguiente ensayaba con su dibujo clásico incluyendo en el once a Feghouli en lugar de Negredo. Quizá la primera prueba podría ser una alternativa durante el partido por si la cosa no se ha resuelto pronto, pero la segunda tiene más opciones de ser la que utilice el técnico desde el inicio. Así pues, el Valencia jugaría en el Estadio de los Juegos Mediterráneos con Diego Alves en la portería; Barragán, Mustafi, Otamendi y Gayà en defensa; Javi Fuego, Enzo Pérez y Parejo en el trivote; De Paul y Feghouli en las bandas y Alcácer arriba.