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La pieza que faltaba

Carmona nunca gozó del respaldo total de la dirección federal. Le mantuvieron como cabeza de cartel para evitar una gran crisis interna tras la salida de Tomás Gómez.

GRA273. MADRID, 03/08/2015.- El socialista Antonio Miguel Carmona, durante una rueda de prensa en la que ha atribuido hoy su destitución como portavoz en el Ayuntamiento de Madrid a una división interna del PSOE-M, y ha asegurado que ha renunciado a ser senador, tal y como le ha ofrecido la nueva secretaria general regional, Sara Hernández. EFE/Fernando Alvarado / Fernando Alvarado (EFE)

Madrid

Superada la interinidad de la gestora y con una dirección afín elegida en el último congreso por un estrecho margen, la dirección federal del PSOE se ha visto con la fuerza suficiente para dar el segundo golpe en la mesa. En realidad, la segunda fase de una operación que empezó el pasado 9 de febrero con la expulsión de Tomás Gómez, candidato a las autonómicas y hasta esa fecha máximo responsable del partido en Madrid.

Antonio Miguel Carmona nunca tuvo el respaldo y la confianza absoluta de Pedro Sánchez y entre los miembros de la gestora -pero también algunas destacadas voces de Ferraz- siempre le han visto como un problema por su forma de hacer política, pecar de excesivo protagonismo, sus amistades en corrientes menos próximas a Sánchez y por sus aspiraciones políticas. Carmona nunca rechazó la idea de convertirse en secretario general si su partido le necesitaba.

La herida nunca cerrada entre Carmona y Ferraz, se agravó especialmente durante la campaña electoral, cuando el entonces candidato al Ayuntamiento se sintió fuera del nucleo duro y reinvindicó estar presente en los discursos de una conferencia municipal. Aquel incendio se sofocó antes de la cita con las urnas. El otro foco se declaró pasado el 24-M cuando tras cosechar unos muy malos resultados -el PSOE pasó a ser tercera fuerza política en el Ayuntamiento con nueve concejales- Carmona reinvindicó su entrada en el gobierno municipal de Manuela Carmena. Fue la dirección del PSOE quién ordenó a Carmona apoyar solamente la investidura de Ahora Madrid y desde entonces, el portavoz municipal se ha reinvindicado como un "alcalde en la sombra". En ocasiones con anuncios y propuestas que colisionaban con el compromiso oficioso de facilitar la gobernabilidad de la ciudad.

Carmona, que asegura tener buenas relaciones con Manuela Carmena, pidió el cese inmediato de Guillermo Zapata, se apuntó a las tasas turísticas de las que desmarcó el consistorio y pidió la retirada de la web municipal de rectificaciones, que luego terminó aceptando sin que hubiese sufrido grandes cambios. No sería descabellado pensar que con el calendario electoral que el PSOE tiene por delante, el relevo de Carmona pueda ser también un gesto hacia el partido de Pablo Iglesias.

Luchador incansable y con una capacidad de trabajo que pocos políticos poseen, Carmona promete dar la batalla hasta el final pero escenario no le es nada favorable. Podría haber optado por una salida fácil y cómoda marchándose al Senado pero Carmona se va a posicionar al otro lado. En la orilla política de los disconformes con esta nueva etapa y que no son tan pocos, teniendo en cuenta que la nueva ejecutiva regional solo obtuvo el viernes un respado del 55,44%. El PSOE-M ha cambiado de nombre pero las luchas internas por el poder, continúan.

Javier Casal

Javier Casal

Presento el informativo Hora 14 en la SER. Durante 11 años estuve al frente de la actualidad de Madrid...

 
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