El ocaso del taxi rural en Cuenca

Tarancón

José Antonio Pérez Escudero es uno de los dos taxistas con licencias en activo que trabajan en Tarancón. Hace dos años empezó a perder clientela. Él y el resto de profesionales del taxi de la provincia, que supera el medio centenar, dejaron de transportar enfermos renales con tratamiento de diálisis de los pueblos al hospitala raíz de una decisión tomada por la anterior consejería de Sanidad. 

Dos años después, "el taxi está prácticamente parado en una provincia eminentemente rural", lamenta Pérez Escudero. Pero además, recuerdan los profesionales, los propios enfermos, en su mayoría, prefieren la comodidad y rapidez del taxi frente a las ambulancias, que es el vehículo que transporta en estos momentos a las personas en tratamiento.

Los taxistas conquenses ya han trasladado su queja a la administración. En el caso de Cuenca, lo han hecho al delegado de la Junta en Cuenca, Ángel Tomás Godoy, que recientemente mantenía un encuentro con la asociación de taxistas Acutax.

Intrusismo en el sector

Tarancón ha llegado a contar con doce profesionales para el traslado de vecinos de la comarca, pero este ha dejado de ser un transporte de referencia ante el uso masivo de coches particulares y a la pérdida de servicios. Y a esto se suma también una realidad que con la crisis se ha hecho latente, el transporte de usuarios en coches particulares para sacar un beneficio, como acusan desde el sector.

El Gobierno regional se ha comprometido a estudiar ambas peticiones para evitar la desaparición del taxi rural. Los taxistas por su parte confían en poner fin a parte de sus problemas.