Nada será como antes

Mérida

Curándose en salud, Mariano Rajoy ha advertido a sus huestes de que les esperan varios meses de martirio, dado que ahora pueden celebrarse en el Congreso de los Diputados todos los debates y crearse todas las comisiones de investigación por corrupción que el PP impidió en la legislatura pasada y que afectan a numerosos cargos institucionales y orgánicos de ese partido, amén de las diferentes leyes injustas que ahora podrán ser derogadas también.

Pero es que el PP ha traído de nuevo la corrupción a la incipiente legislatura, con un diputado por Segovia acusado del cobro de comisiones ilegales entre otros presuntos delitos. Y no basta con decir que dicho diputado ha sido apartado del Grupo, porque el PP lo incluyó en sus listas a pesar de las sospechas sobre su conducta. De modo que el PP empieza como acabó, chapoteando en la corrupción.

El temor de Rajoy indica que ya nada será como antes. Un Congreso multipartidario tiene la virtud de que podrán salir adelante las iniciativas que sean de interés para la ciudadanía y mejoren sus condiciones de vida. La pérdida de influencia del PP y de Rajoy se ha visto desde el primer momento. Con menos diputados, pero con mayor capacidad de pacto, el PSOE se ha apuntado ya el tanto de la Presidencia del Congreso, a la vez que le ha señalado a Podemos los límites de hasta dónde pueden llegar los humos que algunos pretenden darse, como si fuesen ellos los ganadores.

El aviso medroso del PP a los suyos, el éxito de Patxi López, el elevado número de mujeres diputadas o la nueva vitalidad que se aprecia en la Cámara, ratifican la impresión de que nada será como antes en la política española. Y eso debe ser para bien. Y, por cierto, una madre tiene derecho a amamantar a su hijo donde crea conveniente.