Un burro, un ovni y un Seat 600 en el casco antiguo de Cuenca

Cuenca

Esta semana, José Vicente Ávila, nos cuenta varias historietas curiosas de Cuenca. Un Seat 600 cruzando por el puente peatonal de San Pablo; el burro que Pío Baroja vio asomado a un quinto piso de uno de los rascacielos del casco antiguo y un ovni sobrevolando la plaza de Mangana son algunas de las anécdotas del programa 'Páginas de mi desván' de esta semana.

Pero hay más que podéis escuchar a continuación:

El 600

Fue en diciembre de 1957. Ese año se había inaugurado en el mes de julio la estatua del Corazón de Jesús en el Cerro del Socorro. En el Convento de San Pablo, actual Parador de Turismo, estaban los padres paúles y los seminaristas, y por tanto el puente tenía su ajetreo. En el periódico “Ofensiva” se publicaba una sección diaria con una fotografía ampliamente comentada y en la edición del 22 de diciembre apareció el artículo titulado “Paso al cielo”, con la foto del puente de San Pablo, en la que aparece un coche cruzando por su mitad. Era un “600”, coche que ese año era la gran novedad, tras su salida al mercado. Ni corto ni perezoso el conductor hizo la “machada”, sin que tampoco el autor del comentario hiciese grandes alardes de la hazaña, aventura o del despiste del “chófer” como se decía.

Los cabezudos de Saura

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Además de ese coche, una imagen que tenemos todos de la película de Carlos Saura ‘Cuenca’, es el paso de los Gigantes y Cabezudos por el puente de San Pablo. Fue ese mismo año de 1957 en los primeros días de septiembre, feria de San Julián, los Gigantes y Cabezudos pasaron por el puente de San Pablo, en genial puesta en escena, siendo grabados por Carlos Saura para su primera película documental. Otra visión distinta del puente, entre la horizontalidad de la pasarela de hierro y la altura de los gigantes, ante la vertical Cuenca.

El burro de Pío Baroja

Sin salirnos de la Hoz del Huécar, el relato de Pío Baroja en sus novelas y en la Guía de Cuenca, avistando un burro en los rascacielos de San Martín, invitaba a la curiosidad. Había que tener en cuenta que la entrada por la parte de arriba de esos rascacielos de Cuenca se hace por la calle de Alfonso VIII, y en los tiempos de caballerías las cuadras podían estar en el piso quinto o sexto, pero primero por la antigua Correduría.

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Precisamente con el título de “Un burro en la quinta planta” publicó “El País” un reportaje en 2014, firmado por Sergio C. Fanjul, en el que tras hablar de las Casas Colgadas y del puente de San Pablo, “de hierro rojo y aspecto industrial”, cita que “no muy lejos está el skyline de rascacielos de Cuenca. Un momento, ¿rascacielos? Bueno, sí, al menos para la época: 12 pisos en el siglo XVI no eran cosa usual. El truco es que, debido a los grandes desniveles entre calles, por un lado del edificio se entra por el bajo y por el otro se accede en la quinta planta, donde Pío Baroja vio asomado un burro y pensó que los nativos estaban locos”.

El ovni de Mangana

El periódico “Ofensiva” de Cuenca del lunes 11 de agosto de 1952, la noticia en primera página en un recuadro en la columna de apertura de la derecha, con el título “Un “platillo” sobre “Mangana”, con un sumario que añadía: “Asegura haberlo visto un vecino de Cuenca”. En el texto se puede leer: “El sábado, hacia las cuatro menos cuarto de la madrugada, el vecino de Cuenca, D. Tomás Moreno, cuando se dirigía, acompañado de su familia a su domicilio, asegura haber divisado un “platillo volante” que cruzó a gran velocidad el espacio en dirección de La Fuensanta a Mangana. Ha manifestado, asimismo, que no había posibilidad de que lo confundiera con una estrella fugaz, ya que respondía a las características con que se han descrito los “platillos volantes”. Era un objeto circular del cual se desprendían dos ráfagas luminosas o estelas”.