La producción de corcho extremeño podría alcanzar las 23.000 Toneladas

Cáceres

La campaña del corcho en Extremadura comienza con buenas expectativas. Si bien la producción estimada, entre 20.000 y 23.000 kilos, no será de récord y está en la media de los diez últimos años, sí que se prevé “una calidad óptima debido a las circunstancias meteorológicas, abundantes lluvias en mayo y altas temperaturas en junio, que favorece la extracción de la corteza del alcornoque con mayor facilidad al estar seca”. Así lo explica el ingeniero de montes del Centro de Investigaciones Científicas y Tecnológicas (CICYTEX), Ramón Santiago.

En la jornada anual del Mercado del Corcho, organizada por ASAJA Cáceres también se ha puesto de manifiesto otros datos de referencia que apuntan al optimismo en el sector: la subasta pública de Marruecos, celebrada el pasado mes de abril, vendió el total del material subastado, además también anima las cotizaciones al alza en bolsa de los principales grupos empresariales del sector cochero, así como el incremento de la producción mundial de vino.

Hasta 7 millones de euros en jornales

En Extremadura, el descorche tiene lugar entre el 15 de mayo y el 15 de agosto. Los investigadores del Instituto del Corcho, la Madera y el Carbón Vegetal apuntan a una inversión en jornales de entre cinco y siete millones de euros, rondando los 28 en beneficios en venta de la materia prima y hasta 70 si se suman los procesos de transformación.

Las líneas de trabajo que se están desarrollando en el CICYTEX, según su directora Carmen González, “apuntan a la mejora de la productividad y sostenibilidad de los sistemas forestales en cuanto a regeneración de las dehesas” pero también “hacia las nuevas aplicaciones del corcho y procesos tecnológicos para mejorar el mercado de esta corteza vegetal”.

La seca también afecta

Mientras la enfermedad conocida como ‘La seca’ también preocupa al sector corchero. No sólo las encinas se ven amenazadas por esta patología, también los alcornoques. “Hay varias líneas internacionales de investigación”, señala Enrique Cardillo, ingeniero forestal del CICYTEX a la vez que reconoce que “de momento no existe una bala de plata que pare la enfermedad, aunque se está trabajando para paliarla”.

En ese sentido se intenta mejorar la detección como medida de control, además de estudiar la susceptibilidad de las especies forestales con el fin de analizar el grado de tolerancia o resistencia a la enfermedad. También se están realizando ya ensayos con productos fitosanitarios. Según la normativa actual, los alcornoques se descorchan en Extremadura cada nueve años.