El monumento de Oviedo a las víctimas del Holocausto, entre la ira y la desidia

Oviedo

"Que nunca vuelva a repetirse", era la sencilla frase en la hoy desaparecida placa del monolito que la ciudad de Oviedo dedicó a las víctimas del Holocausto nazi en uno de sus espacios verdes más queridos, el Parque de Invierno. Sin embargo, parece haber ofendido a alguien que la arrancó el 18 de noviembre de 2015 llevándosela y dejando en su lugar un manchón de pintura negra que pone en evidencia que no se trata de un simple hurto, sino de un atentado de odio antisemita.

Hubo otras agresiones en el pasado contra este monumento, el primero dedicado en España a las víctimas de la barbarie nazi, instalado en 2005, y ante el que se reúne la modesta comunidad israelita de Asturias cada 27 de enero, cuando se conmemora el aniversario de la liberación del campo de Auschwtiz en 1945 por parte de las tropas aliadas que vencieron al nazismo. La diferencia es que, si antes el Ayuntamiento de Oviedo reparaba con diligencia y discreción los desperfectos, ahora nadie parece poner interés en ello, a pesar de la reclamación de la comunidad judía asturiana, que reclama una pronta reparación.

El actual Gobierno local, constituido por Somos Oviedo (la marca local de Podemos), PSOE e IU, han desatendido hasta el momento las peticiones en un acto que unos entienden como desidia y otros relacionan con las críticas que algunos concejales han vertido contra las actuaciones de Israel contra los palestinos, lo que lleva a la presidenta de la comunidad hebrea en Asturias, Aída Oceransky a dudar si se trata "de ultras nazis o de extrema izquierda" quienes han perpetrado una agresión que, en todo caso, considera "un acto vandálico de odio", clamanete "judeofóbico".