Cómo volver de la Navidad

Valencia

Han pasado suficientes días después de Navidad, para saber que nuestra báscula nos mira mal.

Empezamos a comprar productos y dulces navideños un mes, o incluso antes, de la llegada de las fiestas navideñas y aún tenemos la despensa repleta. Bueno, a decir verdad, la mayoría de casas ya estaban llenas de dulces y ultraprocesados antes de las fiestas y lo seguirán estando con fiestas o sin ellas. Y ahí radica el mayor problema y, al mismo tiempo, la mejor y más sencilla solución.

Así pues, ha llegado el momento de donar todos esos productos comestibles y dulces. Y si es hoy, mejor que mañana. Debemos retomar (o implementar) unos hábitos saludables y mantenerlos en el tiempo. Nuestra casa debe convertirse en un templo de salud en el que desaparezcan los productos ultraprocesados. Nuestra compra debe centrarse en frutas, hortalizas y tubérculos, complementada con huevos, pescado, frutos secos… simplemente, comida de verdad.

Y no, por supuesto que no pasa nada si de vez en cuando hacemos comidas poco o nada saludables, ni si en navidad hacemos 5 o 6 comidas en las que comemos como si nunca más fuésemos a pegar bocado. El problema es convertir la excepción en la norma. Eso, y no respetar que, en el reino vegetal y animal, después de los tiempos de abundancia llegan los tiempos de escasez. Para entendernos, de pasar algo de hambre.

El mito de la pérdida de peso rápida

Únete al canal de WhatsApp de la SER

En esta época del año, es habitual la proliferación de mensajes publicitarios que nos prometen que, en unos pocos días y sin apenas esfuerzo, vamos a perder lo que hemos acumulado en Navidad, para ello solo necesitamos: la toma de unos batidos o zumos détox. ¿Nuestra opinión? Lo que realmente funciona a largo plazo es establecer unos buenos hábitos de alimentación.

No caigamos en el reduccionismo

La salud no solo depende de comer bien. No podemos dejar de lado la práctica regular de ejercicio físico. No sirve de nada, crearnos a principio de año el propósito de ir al gimnasio y dejarlo al mes siguiente. Tampoco podemos olvidarnos de otro factor clave en la salud; el descanso. Nuestro descanso cada vez es más deficiente y, ahora sabemos, que esta situación se asocia tanto a la obesidad como a otros problemas de salud. Esto es especialmente alarmante en la población infantil. La exposición a las pantallas durante mucho tiempo y hasta el momento anterior de conciliar el sueño, ya lo estudiamos como un problema de salud que, según parece, se agravará con el paso de los años.

Lucía Redondo y Jesús Sanchís. Dietistas-nutricionistas, docentes e investigadores.