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Asesinatos múltiples

Igor 'el Ruso' disparó 17 veces a los dos guardias civiles y les robó un arma

En su declaración ante la jueza, asegura que llegó desde Italia en bicicleta en el mes de septiembre. Residió en dos localidades de la provincia de Valencia, a donde se dirigía cuando huyó tras el triple asesinato

Imagen de archivo de Nobert Feher saliendo de los juzgados de Alcañiz tras prestar declaración / EFE

Imagen de archivo de Nobert Feher saliendo de los juzgados de Alcañiz tras prestar declaración

Zaragoza

El asesino de dos guardias civiles y de un agricultor y ganadero en Andorra (Teruel), el serbio Norbert Feher, aseguró a la jueza que le tomó declaración tras ser detenido que llegó a España el 21 de septiembre de 2017 en bicicleta y que antes de acudir a Teruel vivió en la provincia de Valencia. Así consta en el sumario judicial de este caso, cuyo secreto levantó ayer la jueza de Alcañiz instructoraEn su declaración, reconoce los disparos del 5 de diciembre en Albalate del Arzobispo, que dejó heridos a dos vecinos, y asegura que contabilizó 17 disparos contra los guardias civiles Víctor Romero y Víctor Jesús Caballero. Reconoce que robó la furgoneta del ganadero José Luis Iranzo después de comprobar que lo había asesinado y de que no iba armado. 

Con ayuda de una intérprete de italiano (Italia es el país del que provenía y en el que la policía de aquel país le busca por otros dos asesinatos), Feher declaró ante la jueza, el fiscal y la defensa el 17 de diciembre. Revela que llegó a España el 21 de septiembre de 2017, tres meses antes de los asesinatos; que nadie le ayudó a entrar en el país y que para hacerlo empleó como medio de transporte una bicicleta "desde Italia".  La jueza declaró su ingreso en prisión provisional y sin fianza, primero en la cárcel de Teruel. Días más tarde fue trasladado a la de Zuera (Zaragoza). 

En su declaración, asegura que en la zona en la que disparó a los agentes de la Guardia Civil y al agricultor y ganadero José Luis Iranzo, entre Albalate del Arzobispo y Andorra, llevaba, señala, unos "tres o cuatro días". Sin embargo, más adelante, Feher, nacido en Subotica (Serbia) el 10 febrero de 1981, indica que fueron 10 los días en los que merodeó por la zona entre las dos localidades. En su declaración, confiesa ante la jueza que disparó primero a un ciudadano y, posteriormente, a dos agentes de la Guardia Civil. Mató a los tres.

23 identidades diferentes

En el testimonio que ofrece, no sólo da detalles de lo que hizo esos días o de la huida que emprendió tras los asesinatos, sino que revela datos de su periplo anterior. Feher estaba buscado por las policías italiana y serbia, y por tanto Interpol había cursado una orden para su captura.

Ante la jueza, manifiesta que llegó a emplear hasta 23 identidades en ocho países, entre ellas la de Igor Vaclavic, nacido el 21 de octubre de 1976 en Rusia. Acto seguido, el asesino de Teruel reconoce que su nombre "actual" es Norbert Feher.

Según precisa, vino a España para trabajar, lo que consiguió en una "localidad arriba (sic)" de Lérida; exactamente, se dedicó a "la fruta". Cobró en negro.

Feher también afirma que desde su llegada a España ha tenido contacto con "conocidos" en el país y recalca que ha residido en las localidades valencianas de Xirivella y Catarroja. De hecho, asegura que Valencia era el destino al que tenía pensado huir tras los asesinatos por cuanto, puntualiza, allí conoce a "unas personas".

Reconoce los disparos del 5 de diciembre

Durante los días que permaneció en las montañas, en Teruel, Feher supuestamente cometió varios robos y forzó varias puertas en distintas viviendas, masías o parcelas agrícolas de Albalate del Arzobispo, hechos que fueron denunciados, tal y como recoge el sumario. En una de estas intentonas, mató a un perro.

Asimismo, confiesa que fue él quien disparó el 5 de diciembre a dos personas en una masía en Albalate, en la que había entrado una vez forzó la cerradura; hizo tres disparos, dice, y disparó porque vio que una de esas personas llevaba "algo" en la mano y se sintió amenazado. Con formación paramilitar y "preparado" para la guerra, según sus palabras, Feher llevaba armas porque, como apunta en su declaración, "siempre" las ha tenido "en su vida personal".

Primero mató al ganadero y después a los guardias civiles

Ya en la tarde del 14 de diciembre, la de los asesinatos, entró en una masía de Andorra para coger "algo de comer". De acuerdo con su declaración, Feher vio que llegaba una persona a la masía, que escuchó "un sonido muy particular" como de recarga de un arma, un sonido que conoce bien, apostilla, así que en cuanto vio a esa persona, aún dentro de la casa, disparó dos veces. Fuera, se acercó a la víctima, y al ver que estaba muerta, cogió las llaves de un vehículo marca Mitsubishi, de color verde, y se fue. Reconoce justo a continuación que comprobó que la persona a la que había disparado no tenía ningún arma.

Comienza aquí su huida, refiere en la declaración: primero, va a cargar su bicicleta, que había dejado en una casa cercana, y sus enseres.Luego, en su testimonio, afirma que se acercó un coche que no llevaba ni luces ni sirenas, se apearon de él dos agentes armados, y por ello, indica, disparó; asevera más tarde que no vio que fueran agentes.

Destaca Feher que le empezaron a disparar (una bala le rozó la frente, detalla) sin preguntarle nada ni darle el alto, así que respondió disparando. Feher, afirma, disparó cuando ya los agentes habían salido del coche y cuantifica los disparos que hizo: 17. Disparó con las dos pistolas que tenía.

Cuando acabó el tiroteo, Feher se acercó a los dos agentes, vio que aún respiraban y le robó la pistola a uno, pues, asegura, una de las suyas se había roto -una Beretta-. También agarró dos bolsas con cargadores de dentro del coche oficial.

Huida a Valencia

Se fue rumbo a Valencia, precisa, y en una carretera cerca de Mirambel (Teruel), ya en la madrugada del 15 de diciembre, se le pincha una rueda y vuelca, tras salirse de la vía.

Feher en su testimonio reconoce que había bebido, algo que no le causa "problema" para conducir. Sin embargo, si bebe, no puede andar. La de la bebida es la explicación que da a la jueza y al fiscal para argumentar por qué se quedó tumbado cerca del vehículo siniestrado y se quedó dormido. Al despertar, una patrulla de la Guardia Civil le había localizado para detenerle.  

 
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