En El Molinón no tiene rival

Gijón

Este Sporting hace honor a su himno. Es un equipo famoso, de rancia solera y brillante historial, que a Gijón le ha dado la fama. Todo esto ya lo cumplía. Pero es que ahora en El Molinón no tiene rival. Ante el Rayo Vallecano, el flamante líder de la categoría, llegó la octava victoria consecutiva en El Molinón, lo cual supone una trayectoria impresionante. Este equipo está lanzado, ha ganado a dos líderes en menos de una semana y ahora, ya de verdad, es un serio aspirante al ascenso directo, que queda a dos puntos.

Cada estadística supera en espectacularidad a la anterior: ocho victorias seguidas en El Molinón, siete partidos sin encajar un gol, cinco encuentros consecutivos sumando de tres en tres... Y, lo más importante, una escalada increíble desde la zona mediocre de la tabla hasta el tercer puesto. Y con el golaverage ganado con respecto al Huesca y el Rayo, que ya tiemblan ante el aliento sportinguista.

Cuando un equipo está lanzado, le sale todo. Las dinámicas, que llaman. Sucedió en Huesca; en otro momento de la competición, el rival le hubiera marcado en los primeros minutos o alguno de los disparos a la madera de los oscenses se hubiera ido para dentro. Frente al Rayo, también la suerte se puso de cara: Elustondo marcó en propia meta el gol de la victoria del Sporting, el árbitro se comió un claro penalti por mano de Sergio y fue generoso en la aplicación del reglamento en alguna acción puntual.

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Todo eso no quita para valorar que el equipo gijonés sigue siendo megacompetitivo, con una gran ambición sobre el terreno de juego, buscando siempre la portería rival pero manteniendo la solidez defensiva que le está permitiendo crecer. La defensa funciona y, cuando es necesario, reaparece el mejor Diego Mariño, que ante el Rayo fue clave con un par de paradas espectaculares. Y el día que el equipo sufrió un poco más, El Molinón vibró como hacía tiempo que no lo hacía. El recuerdo de Quini y la respuesta del equipo han contagiado a la afición.

El Sporting ha solventado con brillantez la que, sobre el papel, era la semana más complicada de la temporada. Pase lo que pase el lunes en el Cádiz-Huesca (que ojalá sea un empate), los rojiblancos acabarán la jornada a dos puntos del ascenso directo y en el mejor momento del año. Queda un mundo pero el permiso para soñar ya es justificado.