Pagar a detectives para seguir a la víctima, una "conducta difícilmente justificable"

Pamplona

"El mundo no se paró para la denunciante en la madrugada del 7 de julio. Tiene toda una vida por delante y no se observa que en modo alguno haya de llevar una vida de ermitaña". Los jueces que han condenado a nueve años de cárcel a La Manada dedican buena parte de su sentencia a avalar la versión de la víctima, y critican que se haya intentado poner encima de la mesa su actividad en las redes sociales para cuestionar su grado de afectación por este caso.

Fue el letrado Agustín Martínez Becerra quien aportó un informe al final del juicio, el pasado mes de noviembre, sobre una imagen que la joven había colgado en su cuenta de Instagram: una camiseta con un mensaje sacado de un reality show. El letrado llegó a decir que mensajes de ese tipo "excede con mucho lo que debe entenderse por una vida normal", añadiendo que era "un mensaje sorpendente de alguien que ha sufrido una agresión sexual".

Fue la propia fiscal Elena Sarasate quien, al final del juicio, se limitó a señalar que "evidentemente tiene derecho a intentar llevar una vida normal, ¡faltaría más!" y ahora son los jueces quienes lo expresan en su sentencia: "Tiene toda una vida por delante y no se observa que en modo alguno haya de llevar una vida de ermitaña", dicen, explicando que se trata de una prueba "carente de validez" que "parece ignorar deliberadamente que se trata de una persona joven que debe superar este trance".

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El informe tenía por objetivo intentar reducir el importe de una indemnización que los jueces finalmente han ubicado en 50.000 euros para la víctima.

Conductas "difícilmente justificables"

El informe sobre la actividad de la joven en Instagram fue el único de los encargados por las defensas a dectectives que sobrevivió a la criba del informe de conclusiones. La defensa de uno de los acusados, prevaimente, había recabado información de la vida de la víctima posterior a los abusos a través de detectives.

Ya la fiscal Sarasate afirmó que, para la víctima, el haberse sabido seguida y perseguida le causó "un especial daño moral", y ahora son los jueces los que califican este movimiento de "conducta difícilmente justificable" al asegurar que "Es incuestionable que los síntomas intrusión y su estado de ánimo negativo se agudizaron al tener conocimiento de que había sido objeto de seguimiento por detectives privados, la sensación de intromisión en su ámbito más restringido de intimidad, así como la preocupación sobre su libertad y seguridad que ello le produjo".

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Siguen afirmando que "consideramos que estas reacciones y actitudes frente a conductas difícilmente justificables, son perfectamente comprensibles ante la percepción de esta inmisión en su privacidad".