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La historia de un edificio desaparecido que dio nombre a la Calle Hotel

Gema Garrido hace parada en la Calle Hotel y explica la historia de la casa que Quinito Valverde construyó para su amada

TARANCÓN. GUÍA DEL PATRIMONIO HISTÓRICO ARTÍSTICO

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Gema Garrido, autora de 'Callejeando por Tarancón' nos acerca este miércoles a la calle Hotel y nos explica el origen de un edificio que fue emblemático y que se asiente sobre la historia de amor de 'Quinito Valverde'. Está en la calle que comienza en el Paseo de la Estación y termina en la Calle San Isidro. 

'Callejeando por Tarancón' con Gema Garrido (24/04/2018)

12:57

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QUINITO VALVERDE

Joaquín Valverde Sanjuán, más conocido como Quinito Valverde, nació en Madrid el 2 de enero de 1875. Era hijo del compositor de zarzuela extremeño, Joaquín Valverde Durán, famoso por ser el autor de “Agua, azucarillos y aguardiente”. Para evitar la confusión con su padre se le puso el apodo de Quinito. Estudió música con su padre y creció en el medio teatral. A los doce años ya dirigía una orquesta y, a los quince, estrenó su primera zarzuela, “Con las de Caín”, estrenada en Madrid, 1890.

Su estilo era ligero y sin pretensiones, lo que le hizo conectar con el público de su tiempo. A lo largo de su vida compuso más de doscientas zarzuelas y revistas, en su gran mayoría en colaboración con otros artistas. Simpático y bohemio, Quinito se caracterizó por ser amigo de la buena mesa, del mejor beber y de las mujeres. Se decía que era el músico que más ganó en su tiempo. En un comentario necrológico tras su muerte dirían de él “que fue un hombre que supo vivir la vida al doble”.

Su vida amorosa fue prolija, de hecho, le llamaban “el fecundo”. Además de su relación con Carmen Pérez, de la que hablaremos después, mantuvo una relación intermitente de amistad íntima con la cantante Manuela Tejedor, a quien ayudó a triunfar como “Preciosilla”. También fue gran amigo, trabajó y acompañó al piano a Consuelo Bello, conocida como la “Fornarina”.

Siguió la costumbre de la época de escribir en colaboración con otros compositores, sobre todo, Tomás López Torregrosa, Manuel Fernández Caballero, Joaquín Viaña, Luis Foglietti, Ramón Estellés, Rafael Calleja y José Serrano. El pasodoble “Clavelitos”, con letra de José Juan Cadenas, es una de sus escasas composiciones en solitario célebres.

Quinito fue un viajero infatigable y tras la muerte de su padre, en 1910, se desplazó a París, donde aprovechó la fama de su progenitor para estrenar obras con las que logró grandes éxitos. También estuvo en Bruselas. Realizó una gira por América que inició en La Habana y siguió en EE.UU, donde colaboró en producciones de Broadway que recibieron excelentes críticas en los diarios de la época.

Falleció, con 43 años, el 4 de noviembre de 1918 en Ciudad de México, estando de gira por este país. Algunos aseguran que murió como consecuencia de una enfermedad pero, en el “Diccionario Enciclopédico de Música en México” de Gabriel Pareyón, explica que Quinito falleció en una habitación del hotel Fénix de la capital mexicana y que su muerte causó tanto revuelo que el sepelio fue grabado para el cine por la compañía Azteca Films y proyectado al público con gran concurrencia. El autor estaría enterrado en el Panteón Español en Tacuba.

'HOTEL DE LA QUINITA'

El Colectivo Ciudadano para la conservación del patrimonio humano de Tarancón “La Quinita” explica en su blog la historia de este emblemático edificio taranconero que le da nombre a la calle de la que hablamos hoy. También Jesús Garrido, el archivero municipal, escribe sobre este hotel en el libro “Tarancón. Guía del Patrimonio Histórico Artístico”, editado por la asociación “Manuel de la Ossa” para la defensa del patrimonio histórico-artístico en 1995.

Quinito Valverde pasó algunas temporadas en Tarancón junto a su pareja, Carmen Pérez. Manuel de la Ossa escribió que el edificio fue levantado por el compositor “para su esposa, en atención al gran cariño que esta profesó a Tarancón, donde vino una temporada a veranear y tanto le agradó el ambiente, que se instaló aquí, organizando a diario, fiestas que dieron lugar a grandes y sabrosos comentarios”.

Marino Poves explica que era un edificio singular, construido a principios del siglo XX, de arquitectura civil, con franjas horizontales de piedra y ladrillo, ventanas y balcones cubiertos con arco y con un friso. Estaba situado en el mismo lugar en el que hoy se encuentra la Casa de Cultura y tenía un amplísimo jardín que daba a las calles General Emilio Villaescusa, San Isidro y Hotel. Esta última tomó su nombre de este edificio y se conocía como Calle del Hotel de la Quinita.

En el pueblo lo llamaban “Hotel Quinito” o “de la Quinita” por lo grande que era la casa y porque en ella se celebraban reuniones a las que asistían militares, políticos, toreros y artistas de la época. En la “Guía del Patrimonio Histórico de Tarancón”, se recoge el testimonio de Manuel Olivas Saceda, que recordaba que, mientras se estaba edificando el palacete para la “Quinita”, Carmen Pérez vivió en una casa de la Plazuela de los Castellanos.

Gema Garrido

Gema Garrido

Gema Garrido

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Félix Manuel Martínez Fronce relató en un artículo, publicado en el programa de festejos de 1969, que la “Quinita” paseaba su hermosura gentil de amazona, escoltada más de una vez por “Cele”, embrujando a medio Tarancón infantil en las noches al fresco, con un desconocido invento que hablaba por un embudo desde dentro de una caja.

Hay otra anécdota, muy recordada en Tarancón, que Dimas Pérez recogió en un artículo publicado en la Revista Malena. Quinito asistió a la boda de Alfonso XIII y Victoria Eugenia de Battenberg, el 31 de mayo de 1906 en Madrid acompañado por una “amiga” (Carmen Pérez). El acontecimiento se vio empañado por la bomba que Mateo Morral puso al paso del carruaje de los novios. La pareja del compositor debió de aprovechar el viaje a Madrid para cambiar su look y cuando volvió a Tarancón se ganó una coplilla que un grupo de jóvenes entonó en Carnaval: “Y fue tan enorme el susto / que esta señora llevó / que el pelo que tenía negro / de color rubio se le volvió”.

Entre 1910 y 1911 hubo varios acuerdos destinados a la adquisición del Hotel de la Quinita por el Ayuntamiento. En 1911 el edificio acogió Escuelas públicas de niños y, en 1922, estaba destinado a escuelas, comandancia militar, vivienda y corral. El Pleno de 28 de octubre de 1923 acordó que los dos maestros que tenían escuela en el Hotel de La Quinita se trasladaran al edificio municipal que había en la calle Inés de la Carrera (antiguas escuelas de la Tercia).

Las negociaciones del Ayuntamiento para transformar el Hotel en Casa Cuartel continuaron en 1923 y 1924. En 1925, el 27 de marzo, se firmó el contrato entre el representante del Ayuntamiento, Manuel de la Ossa, y el del Ministerio de la Gobernación para instalar el cuartel de la Guardia Civil de Caballería en el citado edificio Fue cuartel de la Guardia Civil durante más de 50 años, hasta que, a finales de los años 70, se construyó el actual junto a la Casa Solidaria. En 1982 se edificó la actual Casa de la Cultura.

En esta calle se encuentra situada la sede de la Peña El Mosto.

 
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