Esperando el envero

RIBERA DEL DUERO

No hay que confiarse, pero de momento la Ribera del Duero ha superado el riesgo de mildiu cuya amenaza era mayor este año debido a una climatología húmeda y templada. Así se desprende del último informe elaborado por los servicios técnicos del Consejo Regulador de esta denominación de origen, fechado el pasado 25 de julio, que indica que gracias a las labores adecuadas y precisas que han realizado los viticultores se ha reducido el impacto del hongo que provoca esta enfermedad, de forma que “únicamente ha podido apreciarse en los viñedos más sensibles y de forma puntual alguna ´mancha de aceite´ en el haz de algunas hojas, no llegando a producir daños importantes en el fruto”. Así lo ha confirmado a Radio Aranda el director técnico del Consejo Regulador, Agustín Alonso

Pese a todo la recomendación es continuar alerta ante la posible aparición de señales en la planta que indiquen la aparición de esta enfermedad, aunque ahora la preocupación se traslada al control de otra plaga: el oidio, cuyos síntomas han comenzado a aparecer, aunque de momento de manera anecdótica.

Por lo que se refiere a otros aspectos de la sanidad del viñedo el informe del Consejo Regulador que nos encontramos en el momento de máximo vuelo de la polilla del racimo en su segunda generación, por lo que también indican que se debe realizar un seguimiento de la posible afección de esta plaga en cada viñedo.

Por lo demás la climatología del último mes ha permitido avanzar en el ciclo vegetativo de la planta, recuperando prácticamente las fechas medias anuales en la Ribera del Duero.

Prácticamente la viña de todo el territorio de la Denominación se encuentra en estado fenológico de cerramiento del racimo, lo que indica que el envero estará mediado entre los días 14 al 16 de agosto. Un momento crucial para las labores en la viña, puesto que es cuando se lleva a cabo el aclareo que asegura la calidad del fruto. Como ocurre cada año es difícil establecer una regla general para toda la denominación de origen, puesto que cada parcela requiere una actuación a la medida de sus características y de los impactos que en ella haya dejado la meteorología de la temporada.

En líneas generales se desprende de este nuevo informe que las viñas han sorteado bien el impacto de los fenómenos meteorológicos adversos que se han producido a lo largo del ciclo vegetativo aprovechando adecuadamente sus beneficios. Cabe reseñar que durante el último mes y medio las temperaturas medias registradas se han encontrado dentro de los valores habituales, pese a que las temperaturas máximas han sido algo más bajas y las mínimas más altas de lo normal, factores que han ayudado a recuperar el retraso en el avance del cultivo que se observaba hasta el pasado mes de junio. En cuanto a la pluviometría, en julio se han producido las precipitaciones medias de la zona, aunque el balance global de la campaña este año está por encima de los registros históricos en la Denominación de Origen Ribera del Duero. Las precipitaciones en esta campaña han tenido un buen reparto en el tiempo y en la forma, lo que ha permitido la recuperación de las reservas hídricas del suelo. Aunque en junio y en la primera quincena de julio se sucedieron diferentes episodios tormentosos, en algunos casos de manera intensa y con tormentas de granizo, el informe indica que se produjeron de manera muy localizada, generalmente acompañada de abundante agua y de corta duración, por lo que los daños causados son considerados de escasa entidad en la mayoría de los casos y siempre de manera muy localizada.