Reconocerse en las raíces: Fresnedillas de la Oliva

Madrid

Dicen que fueron tres los hombres estadounidenses que pisaron la Luna en aquel memorable año de 1969; Neil Armstrong, Edwin Aldrin y Michael Collins. Tres hombres, sí, ¡cómo iban a enviar a tres mujeres! ¿Os imagináis? Empezaríamos a hacer comentarios sobre el pintalabios de una o la falta de maquillaje de la otra. Sería un error que una mujer se enfundara en varios trajes para pisar nuestro Satélite, perdería sus femeninas formas. Bueno, vamos a dejarnos de ironías: aquel verano del 69 fueron tres los hombres y Estados Unidos fue el gran vencedor. Eso me enseñaron los libros de textos y con eso crecí... hasta hoy. 

EL MUSEO LUNAR DE FRESNEDILLAS DE LA OLIVA

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Hoy en mi pueblerina expedición visito Fresnedillas de la Oliva, una localidad que, hace ahora casi 50 años, cobró una relevancia fundamental en aquel alunizaje del Apollo 11. En este pequeño pueblo se situó una de las estaciones de control de esta expedición espacial. En esta instalación trabajaban los lugareños de la zona: los jarandos. Quizá esta historia no sea muy conocida en los libros de texto pero sí lo es en el Museo Lunar que, localizado en Fresnedillas, rinde homenaje a esta primera intervención del hombre en la Luna y a todas las que vinieron después. El Museo alberga en su interior una gran colección de trajes espaciales y objetos utilizados para el alunizaje llevado a cabo en el mes de julio del año 69; muchos de estos objetos y aparatos son originales y están cedidos para su exposición en el Museo. Elena Hernández, al frente de la oficina de turismo de Fresnedillas, me cuenta las curiosidades de este Museo y los horarios de visita al mismo que, por cierto, reabre en septiembre con el fin de las vacaciones de verano. 

HISTORIAS JARANDAS: LA MEMORIA DE LAS RAÍCES

Al salir del Museo lunar me dirijo hacia la plaza. He quedado con Coco, creadora de una iniciativa llamada Saberes Jarandos con una clara intención didáctica y divulgativa: enseñar a través del cine y de actividades dinámicas las costumbres del pueblo y tender puentes entre las distintas generaciones del mismo. Este jueves se proyecta su documental en la Plaza del Pueblo; en él han participado los lugareños: tanto mayores como jóvenes. Todos tienen ganas de verse en la gran pantalla. 

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No es esta la única actividad que rinde homenaje a la memoria de los lugareños. El proyecto Casas Vivas nos invita a su pasado más cercano, dando vida a las casas abandonadas en su casco urbano, recreando a través de las pinturas a los habitantes de esas viviendas. Las pinturas, creadas de la mano de la artista Elena Parlange, recuerdan a quienes habitaron un día en ellas: en casa del barbero, por ejemplo, podemos ver una imagen de quien fue él mientras realizaba su oficio, navaja y espuma en mano.

BUS DE VUELTA A MADRID: LA LÍNEA 645

Tengo que volver a Madrid, con la emoción de la historia espacial del principio he olvidado por completo contaros cómo he llegado a este pueblo. Estoy en la parada del bus esperando al de vuelta, es la línea 645. Se coge en el Intercambiador de Moncloa, en la isla 1 del subterráneo, la dársena 10 si nada cambia. El trayecto de cincuenta minutos es agradable y los paisajes aumentan las ganas de llegar a uno de los pueblos que más paz y tranquilidad me ha aportado en este mes de expediciones rurales. Nos vemos pronto, el bus está llegando. ¡Hasta otra!