The Rider y El ángel, apuestas cinematográficas para el fin de semana
Carmen Castila analiza dos de las películas que llegan a la cartelera este fin de semana
The Rider, estreno en la Filmoteca de Andalucía / CADENA SER
Córdoba
La Filmoteca de Andalucía estrena “The rider”, película presentada en la 62 edición de la Seminci de Valladolid -donde obtuvo la Espiga de Plata al mejor nuevo director y al actor protagonista-, aunque previamente ya había pasado por el Festival de Cannes donde fue reconocida con el Art Cinema Award, máximo galardón de la Quincena de Realizadores.
Es la segunda película de la directora china-estadounidense Chloé Zhao, que firma también el guion. Nos sitúa en los bellos paisajes de Dakota del Sur -al igual que ya hizo en su primer largometraje-, un escenario donde los rodeos son la gran pasión de sus habitantes desde la infancia más temprana. Es el caso del protagonista Brady Blackburn que se interpreta a sí mismo, aunque su apellido en la vida real es Jandreau. Dándole ese nuevo nombre parece que la directora pretende evidenciar el carácter de representación de lo que estamos viendo, aunque la frontera entre ficción y no ficción sea difícil de delimitar.
Lo primero que conocemos de este personaje es que acaba de tener una lesión cerebral que le impide volver a la que era su profesión, jinete de rodeo y no uno cualquiera sino toda una estrella de esta disciplina. A lo largo de la cinta asistimos al proceso de aceptación de su nueva realidad, a lidiar con las secuelas del accidente, a intentar conseguir un modo de ganarse la vida para mantener a su familia, en definitiva, a redefinir su identidad en un entorno donde reina el lema de que “un cowboy debe montar a pesar del dolor”.
Es interesante destacar que en el retrato que la directora ofrece de su héroe hace uso de la mirada femenina y explora una nueva masculinidad donde no es un obstáculo mostrar vulnerabilidad y sensibilidad. Especialmente llamativa es la relación con su hermana adolescente y con su mejor amigo, montador de toros al que ayuda a rehabilitarse de las graves consecuencias de otro accidente. Personaje este en el que no hay ficción alguna.
Sin duda, una bellísima película cuyo protagonista destaca por un humanismo que difícilmente se encuentra en el cine contemporáneo.
En absoluto contraste con él llega a la cartelera comercial el encarnado por Carlitos, personaje principal de “El Ángel”, filme dirigido por Luis Ortega, con producción de los hermanos Pedro y Agustín Almodóvar, que se estrenó en la sección Perlas del pasado Festival de San Sebastián tras su paso por el de Cannes. También esta cinta se centra en una figura real, la de Carlos Robledo Puch, uno de los criminales más célebres de Argentina.
Sin embargo, los rasgos dulces y el rubio y rizado cabello de este delincuente hicieron que fuera apodado como “el ángel negro” o “el ángel de la muerte”. El realizador Luis Ortega nos ofrece una reinterpretación en clave pop de la trayectoria personal y delictiva de este psicópata, al que se limita a mostrarlo sin juzgarlo. No elude presentarlo como un ser capaz de acciones monstruosas, pero con el modo de acometer la historia consigue transmitir al espectador una mezcla de horror y fascinación. A ello contribuyen el elenco de actores y el uso de la música.
Lorenzo Ferro es el encargado de encarnar al protagonista en la que es su primera película y una absoluta revelación. No obstante, la interpretación la ha vivido de cerca en el ámbito familiar, ya que su padre es el conocido actor argentino Rafael Ferro. El mismo caso que el de su compañero de reparto Chino Darín, hijo del gran Ricardo Darín, que se confirma como un excelente intérprete. E igualmente reseñables Mercedes Morán, Cecilia Roth o Daniel Fanego.
La banda sonora es otro de los elementos destacables de la cinta en la que figuran numerosas canciones de finales de los 60 y comienzos de los 70, donde destacan temas como “Corazón contento” o “La casa del sol naciente” compuestos y popularizados por Palito Ortega, padre del director.
“The rider” y “El Ángel” se alzan como propuestas de dos jóvenes directores de la misma generación cuyos respectivos héroes se sitúan en las antípodas uno del otro, pero igualmente cautivadores.
